El próximo lunes, el ex presidente del Brasil, Luis Ignacio “Lula” da Silva, estará en Santa Cruz de la Sierra. Públicamente, la razón de la visita sería asistir a la proyección de una película sobre su vida, pero se sabe que la agenda del ex mandatario incluye una reunión de emergencia con Evo Morales para tratar la crisis del TIPNIS.
Sucede que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos fue pactada años atrás por ambos líderes, en el marco de la iniciativa para la concreción del corredor bioceánico, pero también con ciertas implicaciones político-financieras.
Si atendemos a la denuncia hecha por el ex ministro de hidrocarburos de Bolivia, Andrés Soliz Rada, la empresa brasileña encargada del proyecto -OAS- podría haber sido una fuerte contribuyente económica para la campaña electoral del MAS (¿2005? ¿2009?).
Según otro ex funcionario del gobierno de Evo Morales, Alejandro Almaraz, el sobreprecio de la obra sería de alrededor de 100 millones de dólares. Lo cual nos lleva a inferir que la presunta cooperación con la campaña masista habrá sido por demás cuantiosa.
Según la web Entorno Inteligente, el conflicto indígena del TIPNIS estaría afectando no sólo la imagen internacional del gobierno boliviano, sino también las “del Partido de los Trabajadores (PT) y de Lula da Silva”.
¿Por qué se afirma esto?
Quizás porque, de haberse dado efectivamente el operativo de apoyo electoral -condicionado a la posterior construcción de la multimillonaria carretera-, este habría contado con la posible articulación de actores ligados al partido oficialista del vecino país, el PT.
Recordemos, de paso, que los dos periodos de gobierno de Lula da Silva estuvieron salpicados por importantes casos de corrupción, que incluso implicaron al hijo del ex mandatario.
Por último, recordemos también que Lula ha seguido un patrón de conducta permanente respecto a la administración de Evo Morales, presentándose en el país poco antes de cada proceso electoral para inaugurar obras públicas (actos de campaña).
Lo cierto es que Lula, por más que hacia el interior del Brasil haya seguido una postura más moderada, en materia de política exterior ha sido un sostén de los regímenes de línea dura de la ALBA, algo que puede explicarse por la existencia de un organismo de coordinación continental donde participan sus respectivos partidos, el Foro de Sao Paulo, fundado por el propio Lula y Fidel Castro.
¿Viene Lula al rescate de Evo Morales?