Bolivia: democracia falsa

Luis Hernando Tapia Pachi*

TAPIA Para nadie es desconocido que la democracia, como sistema de gobierno, tiene dos reglas de oro: la regla de la mayoría, que consiste en el derecho que tienen las mayorías de gobernar, de aplicar su proyecto político, de administrar y dirigir el Estado; pero esta regla solo puede ejercerse cuando se aplica la otra regla que es la regla de la minoría consiste en que el derecho que tiene la minoría de que la mayoría respete la libertad y la ley, así como los valores democráticos, en otras palabras, cuando se cumplen estas dos reglas podemos hablar de un Estado de Derecho, donde quien gobierna es la ley, donde la mayoría administra el Estado y garantiza la libertad para todos, incluyendo la minoría, vale decir que el Gobierno busca el Bien Común, el desarrollo y crecimiento de todos, respetando los límites impuestos por el derecho natural y por el derecho positivo.

Dentro de dicho marco, es menester recordar que los seres humanos tenemos una serie de derechos, los seres humanos fuimos formando sociedades políticamente organizadas, que adquirimos al nacer y pueden denominarse derechos naturales, así por ejemplo al nacer nadie nos puede prohibir llorar o gritar, cuando somos niños nadie nos puede prohibir jugar o sonreír, cuando jóvenes nadie puede limitar nuestro derecho a amar, a transitar libremente. Para que estos derechos naturales puedan ser ejercidos por todos, los cuales fueron aprobando sus respectivos pactos sociales y desarrollando leyes en la búsqueda de garantizar estos derechos y aplicar sanciones a quienes los vulneren. Es así que los romanos decía ubi societas ubi lex (donde hay sociedad hay derecho) y para diferenciarse de los pueblos bárbaros decían non lex barbarie est (donde no existe ley es en la barbarie), de lo cual colegimos que la ley es propia de toda sociedad y donde no existe ley o donde la ley es un simple papel que no se cumple es en la barbarie.



El año 2005 asume en Bolivia la Presidencia del Estado el MAS a la cabeza de Evo Morales, quien a la vez es Presidente de las seis federaciones de productores de hojas de coca del Chapare, llega al poder por vías democráticas y comienza una primera gestión llena de cambios estructurales, primero aprueba una nueva Constitución Política del Estado y en paralelo empieza a desmantelar las instituciones republicanas, los efectos de estas medidas recién empiezan a sentirse en la población, ya que el discurso era aprobar una nueva Constitución Política del Estado que permitiría al pueblo vivir mejor, que se reconocerían y ampliarían más derechos y que el nuevo sistema legal se traduciría en mejores condiciones de vida.

El pueblo creyó el discurso y reeligió a Evo Morales con el 64% de los votos, lo cual le dio el control de dos terceras partes del parlamento.

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Así empieza su segunda gestión, controlando el Poder legislativo y con un Poder Judicial que ya había sido desinstitucionalizado, aprovecha para nombrar por decreto a sus integrantes principales (Corte Suprema, Tribunal Constitucional y Consejo de la Judicatura), controla al Ministerio Público y al controlar a esta institución (que tiene el monopolio de la investigación y acusación penal) empieza a criminalizar la política y perseguir a cuanto vestigio de oposición existía en Bolivia, esta persecución se da contra alcaldes y gobernadores, parlamentarios, concejales, líderes políticos e incluso contra jueces que no se sometieron al poder político.

Pero la acción del Gobierno no se queda solo en anular cualquier vestigio de oposición, sino que se convierte en un régimen que promueve la corrupción y el narcotráfico, es así que en esta gestión, los cultivos ilegales de coca crecieron en más de 30.000 ha, cantidad suficiente para producir anualmente más de 600 toneladas de cocaína, en otras palabras la producción y tráfico de cocaína deja al gobierno boliviano un promedio de mil doscientos millones de dólares anuales (US$ 1.200.000.000.-), es más, el Chapare (bastión político de Evo Morales y zona de producción ilegal de coca) se ha convertido en la zona más rica de Bolivia, zona donde es extraño encontrar lujosas mansiones y ostentosos vehículos.

Se dice y es muy probable que próximamente sea público y comprobado, que las autoridades del Poder Ejecutivo fomentan y protegen este ilícito negocio.

Para completar un nuevo Tribunal Electoral integrado por ciudadanos del MAS y han convocado a unas elecciones judiciales donde todos los candidatos han sido seleccionados por el parlamento del MAS, de esta manera el MAS tendrá el control total de todos los poderes, el control total de Bolivia y de los bolivianos el gobierno del MAS y el Parlamento del MAS han nombrado del Estado, vulnerándose así el sistema democrático de independencia de poderes, vale decir los pesos y contrapesos para que cualquier democracia funcione.

Hoy existen en Bolivia más de cien (100) presos políticos, más de mil procesados políticos y más de dos mil exiliados políticos, la libertad se ha convertido en un objeto preciado pero raro y escaso, la persecución, el amedrentamiento y el miedo es lo que hoy impera en Bolivia.

Evo Morales hoy no representa ni siquiera a los indígenas, se ha convertido en el principal protector del narcotráfico y la corrupción, pese a haber sido elegido democráticamente se ha convertido en un tiranuelo, violador de derechos humanos y responsable de la debacle democrática de Bolivia.

Por eso es importante que todos los ciudadanos bolivianos que tuvimos la suerte de vivir en un país libre, con respeto a la Ley, el orden y la democracia, trabajemos todos juntos para recuperar nuestra libertad y democracia, antes que todos los pueblos de América se contagien de la enfermedad bolivariana o mal llamada socialismo del siglo XXI.

*Juez cruceño, exiliado político

El Día – Santa Cruz