La secretaria de Estado de EEUU lamentó que el líder cubano siga ejerciendo un rol decisivo en la isla. Negó, además, que los esfuerzos de apertura hacia Cuba impliquen una mayor tolerancia hacia el régimen comunista.
"Nuestra posición ha sido la misma durante más de cincuenta años. Creemos que Fidel Castro debe irse", afirmó en una audiencia ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. "Por desgracia, no parece que vaya a ir a ninguna parte", agregó.
Hillary Clinton respondió así a la afirmación de la presidente de la comisión, la republicana de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, quien denunció que Washington mantiene un "doble rasero" en su política hacia La Habana. Cuestionó que no aplique el mismo mensaje que, por ejemplo, envió a Muammar Khadafi al instarlo a abandonar el poder en Libia.
La secretaria de Estado rechazó esos dichos, pero reconoció que sí hay un "necesario doble enfoque", que se traduce en la asistencia humanitaria y en medidas como la relajación de las restricciones de viaje y de envío de remesas. "Queremos democracia para Cuba, pero también queremos llevar ayuda a la gente que pide cambio", explicó.
Respecto al caso del contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de prisión en La Habana tras ser acusado de actividades subversivas contra el Estado cubano, negó las versiones según las cuales el Departamento de Estado hizo ofertas al régimen de los hermanos Castro para su liberación.
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"El gobierno no está, en ningún punto, dispuesto a hacer concesiones al régimen cubano para intercambiarlo por prisioneros cubanos", aseguró, refiriéndose a los cinco agentes comunistas condenados en Miami por espionaje.
Uno de ellos, René González, fue excarcelado a inicios de octubre, lo que desató los rumores en la prensa sobre el posible intercambio.
Clinton justificó también las "reuniones regulares" que los diplomáticos estadounidenses mantienen con autoridades cubanas por las "preocupaciones comunes" que comparten, como la inmigración y la lucha contra el narcotráfico.
Los Estados Unidos y Cuba no tienen relaciones diplomáticas desde hace casi medio siglo, cuando la Casa Blanca estableció en febrero de 1962 un embargo total contra la isla.
Fuente: EFE