El enfrentamiento no tapa la corrupción

Daniel A. Pasquier Rivero

daniel-pasquier Una y otra vez revisamos la historia de estos últimos seis años y, parece increíble. Entre el discurso y lo actuado por el gobierno de la “revolución democrática y cultural” existe un abismo, insalvable, a esta altura del partido. De los fastos de diciembre 2005 y enero 2006 sólo quedan murmullos ininteligibles; falsas poses llenas de retorcidas intenciones, con libritos rojos que hacen esfuerzos por explicar lo inexplicable. ¿Cómo puede ser que el proyecto para 50-500 años, según el ardor del orador, de ya señales de estar viniéndose abajo en tan corto período de tiempo? Las señales son evidentes: declinación en la aceptación popular y pérdida absoluta de credibilidad.

Difícil de entender y doloroso el aceptar, que el proyecto nacido “desde la profundidad de la historia” había sido de corto plazo. No aguantó las exigencias de la realidad de los pueblos que componen el Estado Plurinacional (EP), ni la pésima gestión gubernamental. El hambre, la pobreza, la falta de empleo exigen respuestas contundentes e inmediatas. Tanta había sido la promesa del paraíso, que no queda espacio para vivir de los influjos cósmicos evanescentes en los discursos de la iluminada dirigencia. Hasta cuándo va a esperar el 60-70 % de la población urbana carente de ingresos seguros; si no hay empleo para mantener a la familia y poder ofrecer un mínimo de esperanza de mejor futuro; todo vuelve a ser discurso.



Tanto escribir y, al final, no había ningún plan. Los bonos, las remesas y la economía informal sostienen el modelo. Como estar parados en el curiche (área pantanosa). En el sector rural las deficiencias son mayores pues educación, salud y vivienda prácticamente no existen, ahora son herencia pre hispánica, colonial, republicana y del EP. Los sostenedores del gobierno indígena originario campesino siguen igual. Los habitantes del TIPNIS relatan cómo sus hijos tienen que caminar o remar (río arriba y río abajo, por supuesto) largas distancias para asistir a la escuela, al menos para alcanzar el Nivel Primario. Líderes chiquitanos viven la experiencia del desarraigo solamente por querer superarse, abandonan sus pueblos, quizás para nunca más volver, por acceder al bachillerato, a la carrera técnica o la universidad (entrevistas a J. Parapaino, P. Oreyai y L.Tacoo, en Mojón 21, Nº 3). La excepción, por supuesto, la hacen los cocaleros, antes privilegiados de la ayuda externa para desarrollo, en especial de USAID, y ahora en el circuito de mayor rentabilidad económica, el de la coca para la cocaína, que ha llenado El Chapare de antenas parabólicas, Hummers, discotecas y autos chutos.

El proyecto que se ha destapado es el del enriquecimiento ilícito. No quisieron aceptar que la inversión es la respuesta, volcada hacia los sectores productivos, tradicionales y no tradicionales, generadores de empleo y de riqueza. Si al principio el EP sorprendió con los casos de Alvarado, los asesores hippies en las playas del Caribe y Santos Ramírez, en YPFB, después se ha anestesiado la conciencia nacional con nuevos casos casi a diario, y ninguno de poca monta. Envidiable eficiencia. Reparten dinero del Evo Cumple sin fiscalización nacional alguna. Al final, todo arreglado, se nombra Contralor General a un diputado del MAS. Se repiten proyectos desde antes del 2006. Cientos de millones, que no acaban de llegar; se firma otra vez la provisión de gas a Cuiabá, Brasil, que ya ni los lugareños festejan. Mientras, San Matías sin combustible hace un mes.

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El poder va muy de la mano con la corrupción que, no reparte, es dinero para unos pocos. Un campesino pasa a sindicalista, de allí al Senado y zas, cómo pelecha. La denuncia pública tiene el efecto contrario, la fama se convierte en estímulo extra y los casos aumentan en número y en magnitud. La carretera que destruye el corazón del TIPNIS se convierte en cuestión de Estado, por encima de los derechos de los pueblos originarios y de la pachamama (muy venida a menos con los avasallamientos a todos los parques nacionales), aunque estén recogidos en la CPE. Es que son 415 MD en danza. La Asociación de Ingenieros de Cochabamba llama la atención, se incluyen y cobran 135 km que ya están construidos, y es de total asentimiento de ABC. JR Quintana dijo en julio: el tramo I “prácticamente ya está construido”, el III “de alguna manera hecha” (www.energypress.com.bo). Ha saltado el térmico: la empresa OAS, ¿financiadora del PT brasilero en tiempos de Lula, y del MAS de Evo? La agencia ERBOL calcula un sobreprecio del 100 %. Salen otra vez a la luz las empresas estatales con miles de empleos innecesarios (el Vice reconoció 75.000), infraestructuras inacabadas que dejan pueblos fantasmas. Primer cheque, festín y clausura.

¿Hasta dónde la impunidad? Recién un juez parece haber sido destituido y detenido por atreverse a dictar “prisión preventiva” a narcotraficantes en Cochabamba; el agravante, que la orden quizás la trajo un ministro. ¿Para eso el poder? Para atropellar la ley y sacar paramilitares contra lo que no gusta. ¿Marchan Ponchos Rojos y otros semejantes hacia La Paz para intimidar, a frenar la marcha de los pueblos chiman, yuracaré, mojeño, indígenas originarios del oriente? ¿Traen la misma orden que los policías en Yucumo? ¿Se sabrá esta vez quién da la orden? ¿UNASUR será testigo?

¿Plan de la “intelligentzia”, soberbia o corrupción? ¿La opción violenta vuelve a estar en marcha? Ya se llamó a la Embajada de EEUU por el avión de la NAS para acabar con la marcha de los indios el 25-S. Si el negocio hubiera sido con Venezuela, salían los Hércules y, posible, hasta con tropas, apoyados en el Convenio de fraternidad y asistencia recíproca. El negocio se hace, sí o sí. Aunque tenga que correr sangre. Los de la marcha pacífica tampoco están dispuestos a arrodillarse. Pero el enfrentamiento no tapará la corrupción. Y, en definitiva, los que crearon el mito Evo lo están despedazando, peor que a Tupac Katari.

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