En la China del rápido desarrollo, miles de campesinos son desplazados cada año de sus tierras para construir nuevas carreteras, edificios y lagunas artificiales. La mayoría recibe una compensación mínima. Pero los habitantes de un pueblo en el norte del país, la Villa del Dragón Azul, han decidido desafiar a las autoridades y quedarse en su tierra, algo que les ha costado su identidad: el gobierno no reconoce su existencia.
Fuente: BBC
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