En el año, hubo 17 fugas en cárceles de Bolivia

Reporte. Según Régimen Penitenciario, 21 reos huyeron. Se recapturó a 7. En lo que va del año, registran 17 casos de fuga de reclusos. En Arani carecen de policías, pero los reos no huyen.

La Razón – Ernesto Calizaya – La Paz

Las estadísticas de Régimen Penitenciario señalan que en lo que va del año se registró la fuga de 21 internos de las cárceles del país. La seguridad de la Policía fue vulnerada en 17 oportunidades, incluso por una mujer del penal de Obrajes de La Paz.



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Los cuadros estadísticos de la Dirección General de Régimen Penitenciario ponen en evidencia que una interna del Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes, Salomé Q. O., abandonó el presidio el 20 de septiembre. El detalle del hecho señala escuetamente que “se habría dado a la fuga escalando el muro del recinto que da a la Embajada de Alemania (en La Paz)”. Aunque no brinda detalle, añade que la mujer fue recapturada esa misma fecha.

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Al respecto, Jorge Antonio Sueiro, director nacional de Régimen Penitenciario, señaló que “se registran distintas formas de fuga, no sólo aquella que es planificada por medio de la astucia de los internos que saltan muros, que lanzan sábanas, excavan, hacen túneles, etc.”, las formas “clásicas”.

El caso más reciente de evasión, sin embargo, sí fue “a la vieja ultranza”. Douglas M. y Creito B. ingresaron al penal de Palmasola el 27 de agosto del 2011 y antes de cumplir dos meses en el lugar, sorprendieron al personal de seguridad de ese centro. A las dos de la madrugada del viernes 14 de octubre se enteraron de su fuga.

“Los astutos cortaron el enmallado que delimita el pabellón y cruzaron el área de seguridad hasta llegar a la muralla, porque este  penal tiene una muralla externa que encierra todo el penal. De los informes que se tiene, se sabe que por medio de sábanas cruzaron un muro de cinco metros, escalaron y pasaron al exterior”, dijo Sueiro.

Estadística. A este caso le anteceden otras 16 fugas consumadas, a nivel Bolivia. Douglas M. y Creito B., ambos de nacionalidad brasileña, ahora son buscados por Inteligencia. Con ellos son 21 los privados de libertad que lograron vulnerar los sistemas de seguridad de las penitenciarías.

Siete de los que lograron huir fueron recapturados, por lo general en menos de 24 horas de producido el hecho, lo que evidencia que la Policía aún busca a 15.

Agosto, de acuerdo con los registros de Régimen Penitenciario, es el mes que más casos presentó: con cuatro fugas consumadas con igual número de presos, de los que dos fueron recapturados.

El cuadro, actualizado al 19 de octubre del 2011, muestra a este mes en segundo lugar después de agosto en cuanto a incidencia de casos: tres fugas consumadas en 14 días, además de otro frustrado, mientras en el resto de los meses se presenta al menos un caso.

Entre los departamentos que tienen más reportes de fugas se hallan La Paz, Santa Cruz y Pando, todos después de Potosí, que  denunció una fuga en marzo, otra en junio y dos en agosto.

Los datos de Régimen Penitenciario confirman a la cárcel de San Pedro de Chonchocoro como la más segura. “Por lo menos en nuestra gestión no tengo conocimiento de intentos de fuga de Chonchocoro, por ninguna índole. Es un penal tranquilo, que no está al tope de su capacidad”, indicó, aunque refirió que algunas fugas no se dan por las condiciones de seguridad, sino por modus operandi y “descuidos sospechosos”.

Penas para presos y policías

El Código Penal prevé y tipifica el delito de evasión, que tiene una pena sumamente baja en criterio de Jorge Sueiro, director de Régimen Penitenciario.

El Art. 180 del citado código indica que: “el que se evadiere, hallándose legalmente detenido o condenado, será sancionado con reclusión de uno a seis meses”.

Puede darse el caso de una sanción mayor en caso de que se recurra a la violencia.

En el caso de policías que podrían tener culpa de la fuga (Art. 182) se prevé multa de 30 a 100 días.

La mayoría aprovecha las audiencias para huir

La Dirección de Régimen Penitenciario identificó a la salida a audiencias como el momento más aprovechado por los reos para huir.

“A parte de los internos que saltan muros, lanzan sábanas, excavan o hacen túneles, hay otras formas a las que recuren los reos para huir. Por ejemplo, la mayoría de la gente aprovecha la salida a las audiencias para escaparse”, señaló Jorge Sueiro, titular de esa dirección.

La autoridad reveló que distraen a los custodios de diversas maneras y que se concreta una fuga “cuando los policías tienen exceso de confianza” hacia los privados de libertad. Recordó que los reclusos “deben llegar hasta la puerta del juzgado enmanillados, entrar a audiencia sin manilla y  el custodio estar observándolo, pero a veces no se cumple”.

Otra forma de fuga se da cuando  se hacen nombrar  procuradores por la  población penal, situación que les permite salir sin custodios a realizar trámites, circunstancia que es aprovechada.

“Tenemos mucho de estas fugas en las estadísticas.  Logran ser procuradores, salen y ya no vuelven”. También pueden fingir alguna emergencia médica y solicitar su salida, luego descuidan a sus custodios y “es sospechoso que un enfermo o enmanillado pueda correr”.

En Arani carecen de policías, pero los reos no huyen

Algunos salen a trabajar al campo y regresan, otros hacen pan para subsistir.

image Reclusos trabajan en un taller de carpintería del valle. Foto: Archivo Fernando Cartagena

La Razón – Ernesto Calizaya

Pese a las quejas sobre hacinamiento e inseguridad en la mayoría de las carceletas del país, algunas llegan a constituirse en un ejemplo para las demás, como la de Arani (Cochabamba), donde los privados de libertad, pese a que no tienen vigilancia policial, no escapan.

“En la localidad de Arani, y no es la única en Cochabamba, existe una carceleta con 26 internos y un presidente de delegados, que desarrollan funciones de cerrajería. Tienen una panadería que distribuye pan a otros centros penitenciarios de Cochabamba, como El Abra y San Sebastián. Otros salen a trabajar al cerro en agricultura, otros hacen hojalatería (…)”, afirmó Jorge Sueiro, director general de Régimen Penitenciario.

Lo curioso de esta carceleta es que no hay personal policial. “Ellos se autorregulan y nadie sale, excepto cuando tienen audiencia, piden a la Policía un custodio”.

Quienes van a trabajar en la agricultura, regresan en la tarde y al día siguiente vuelven al campo. “El alcaide es la máxima autoridad y convive con ellos (…) está a la mano de ellos la fuga, pero no lo hacen porque su comunidad les exige saldar cuentas con la justicia”, señaló.

Mizque y Totora también tienen carceletas donde se estaría implementando este sistema; además, se sabe de otras donde los reos “castigan” a los que no cumplen sus normas pidiendo que los trasladen a El Abra.

Recluso volvió cargando a 2 policías ebrios

La salida a audiencias, circunstancia más aprovechada por los reos para fugar, no fue advertida por un interno que invitó a sus custodios una comida y “varias cervezas”, en Santa Cruz, en el último lustro, según fuentes de Régimen Penitenciario.

La audiencia se suspendió y el reo invitó a sus dos custodios a comer algo. Luego les hizo beber y, al final de la tarde, “el preso llegó al penal cargando a los dos policías ebrios”, contó a este diario la fuente consultada. También refirió otro caso en la ciudad de Cochabamba (2-10-11), cuando un reo fugó enmanillado y corriendo con dificultad, pero sus custodios no lograron alcanzarlo, “creo que iban ebrios”, apuntó.