“Hay que dar tiempo a los nuevos magistrados y esperar su trabajo”

Ex presidente de la Corte Suprema Óscar Hassenteufel habla de la justicia. El ex alto magistrado se apoya en una cita bíblica y dice: “Por sus frutos los conoceréis”.

imageÓscar Hassenteufel, ex magistrado con periodistas de Página Siete.

Página Siete, La Paz



Tras los comicios del domingo 16 de octubre, que eligieron a nuevas autoridades judiciales bolivianas, en una elección marcada por la elevada presencia de votos nulos y blancos, Página Siete acudió a la experiencia de un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Nacional Electoral, Óscar Hassenteufel, para analizar la situación.

Página Siete.- ¿Usted cree que la elección democrática de jueces es la mejor forma de estructurar el Órgano Judicial?

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Siempre se han buscado mecanismos de diversa naturaleza para la elección de jueces y hasta ahora yo creo no se tiene una respuesta final que nos diga cuál es el mejor camino.

El sistema que constitucionalmente se ha decidido en Bolivia es novedoso, pero no es la primera vez que se adopta en el mundo. Se manejó, por ejemplo, después de la Revolución Francesa (1789). Fue el primer antecedente, bajo la influencia de los pensadores Mostesquieu y Rousseau.

En las Américas, en México, en la Constitución de 1857, se estableció también la elección popular de los magistrados de la Suprema. También existe la elección de jueces en sus niveles de base en otros países, como EEUU, Perú y otros.

Primero, creo que el Órgano Judicial debe ganarse la suficiente confiabilidad y credibilidad por parte de la sociedad; segundo, las nuevas autoridades judiciales deben darle certidumbre y seguridad jurídica a la sociedad. Que la ciudadanía sepa siempre que cuando un tribunal supremo emite un fallo, el próximo caso similar merecerá un tratamiento también similar.

En Bolivia, una de las críticas en los últimos años al Órgano Judicial era que estaba afectado por influencias políticas, por el famoso “cuoteo“. Sin embargo, creo que a partir del año 1993, y con la reforma constitucional de 1994, se produce un cambio fundamental, pues se decide elegir por dos tercios de votos del Congreso a profesionales de prestigio para la Suprema.

La elección directa, tal como ha sido concebida ahora, no resuelve el tema de la influencia política en la justicia porque los postulantes al Órgano Judicial fueron seleccionados por el Órgano Legislativo y si hay una fuerza política con suficiente mayoría es posible que ponga a su gente.

Puede ser que más adelante cambie y sean dos o tres fuerzas políticas las que se pongan de acuerdo, pero la influencia política no se va a poder eliminar mientras sea el Órgano Legislativo el que haga la selección o pre-selección de los postulantes.

Página Siete.- Si no es el Congreso, ¿qué instancia puede hacer esa selección?

Hay algunos sistemas muy interesantes, por ejemplo, el caso uruguayo, donde el Órgano Legislativo es el encargado de hacer los nombramientos, pero con un plazo; y si no lo cumple, es la Corte Suprema la que incorpora a un magistrado, en ese caso al más antiguo de los tribunales de segunda instancia.

Este sistema es interesante porque la carrera judicial llega normalmente hasta los integrantes de los tribunales de segunda instancia.

Página Siete.- ¿Cuáles son los principales males que tiene la justicia?

Primero, hay una grave carga procesal en todos los niveles y es difícil señalar una causa específica para ello; una es la que aduce que los bolivianos somos muy propensos al litigio, nos gusta la pelea y los abogados siempre estamos dispuestos a ello.

El segundo mal de la justicia es la retardación en la atención de esa carga procesal, que tiene como causales la habilidad de los abogados para dilatar las causas, sea mediante vías lícitas o ilícitas. Pero la retardación también se da a veces por acciones irregulares de los jueces.

Página Siete.- ¿Qué soluciones se pueden plantear para ayudar a reducir esa carga procesal y a esa retardación?

Para aligerar las cargas procesales y la retardación se requiere crear medios alternativos de resolución de las causas; se debe evitar que todos los casos lleguen hasta los jueces y ello se logrará si se crean sistemas de mediación, de conciliación y de arbitraje. Los litigantes deberían tener un espacio de arbitraje en el que se solucione una gran parte de las causas. Ese “filtro” ayudaría a que lleguen a los jueces solamente las causas penales y, en las causas civiles, sólo las más importantes.

Otra contribución sería evitar que todos los asuntos lleguen al Tribunal Supremo. En este sentido, con la Ley de Abreviación Procesal Civil se evitó, por ejemplo, que los juicios ejecutivos lleguen a la Corte Suprema. Lo importante es que la mayoría de los procesos deberían concluir en la segunda instancia (Corte de Distrito) y no acumular las causas al Tribunal Supremo. Esa es otra reforma que debe hacerse.

Página Siete.- Entre los males de la justicia, usted no ha mencionado el tema de la corrupción.

El tema de corrupción siempre se ha mencionado y no niego que pueda haber algún caso o varios casos. Incluso hubo aquellos que trascendieron a los medios de comunicación. Pero no se debe generalizar, ése es un gran error. Para mí la corrupción se da sobre todo en los niveles inferiores.

El tema de la corrupción no es sólo culpa de un lado, nosotros ciudadanos también tenemos nuestra parte en esto, cuando vamos y le ofrecemos algo al juez o a uno u otro funcionario. Es decir, el litigante tiene mucho que ver en esa corrupción.

Página Siete.- Hablemos de casos específicos. ¿Cómo cree que trabajará el Consejo de la Magistratura en relación a la entidad que existía antes?

El actual Consejo de la Magistratura es esencialmente un órgano disciplinario y adicionalmente un órgano encargado del control de la administración.

El antiguo Consejo de la Judicatura nunca pudo destituir a algún juez (salvo un caso) debido a una sentencia del Tribunal Constitucional que le quitó esa potestad porque la Constitución defendía al acusado y establecía que sólo podía ser destituido aquel que tuviera una sentencia ejecutoriada. Así se frenó la tarea del Consejo en esta labor disciplinaria.

Ahora el Consejo de la Magistratura podrá destituir a los jueces porque la Constitución nueva ya no tiene esa limitación; el Consejo podrá hacer una catalogación de faltas leves, faltas graves y faltas gravísimas y dentro de esas gravísimas hay una serie de motivos o causas para poder destituir a un juez.

Página Siete.- Sobre los jueces que han postulado a la magistratura en las recientes elecciones, la mayoría no tiene experiencia. ¿Cree usted posible esperar buenos resultados considerando aquello?

Yo creo que hay personas que no han ejercido nunca la judicatura, abogados libres toda su vida y que pueden desempeñarse en una alta función judicial de manera eficiente, de manera brillante, incluso.

Hay gente que no ha tenido la oportunidad de acceder a funciones judiciales y que ahora tienen la oportunidad de hacerlo y añadiría, como dice la Biblia, “por sus frutos los conoceréis”.

Yo creo que hay que darles tiempo, esperar con un sentido positivo. Ojalá que esto funcione bien, ojalá que los elegidos se desenvuelvan correcta y eficientemente y que se les brinden los mecanismos necesarios para poder hacer un trabajo eficiente, me refiero a la modificación de los códigos, de los procedimientos, etc.

HOJA DE VIDA

Nombre. Óscar Abel Hassenteufel Salazar.

Estudios. Licenciado en Derecho, Ciencias Políticas y Sociales y doctor en Derecho.

Carrera. Presidente de la Corte Nacional Electoral desde noviembre de 2002 hasta marzo de 2006. Integró la Corte desde agosto de 2001.

Suprema. Presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura desde mayo de 1999 hasta abril de 2001. Integró la Corte desde febrero de 1993.

Varios. Fue docente universitario; trabajo en la Contraloría y el Banco del Estado.

Óscar Hassenteufel define las características de un juez

El ex presidente de la Corte Suprema de Justicia en la década de los 90 Óscar Hassenteufel se animó a ensayar con Página Siete algunos aspectos de lo que podría ser el perfil de un juez ideal.

“No necesariamente el hecho de ser abogado implica que uno puede ser un juez idóneo”, respondió, añadiendo que la judicatura es una vocación especial y en las carreras o facultades de derecho no siempre se dan los lineamientos o la formación adecuada para poder ejercerla.

“Uno de los grandes avances que se ha logrado en el Órgano Judicial fue establecer el Instituto de la Judicatura, destinado precisamente a la formación especializada de los jueces”, recordó de su paso por el ejercicio de la judicatura.

Para Hassenteufel, el juez no en un Dios, evidentemente, pero se acerca a ese concepto porque toma decisiones trascendentales sobre la vida de las personas y define a través de un fallo no sólo sobre el patrimonio de una persona, sino sobre su privación de libertad e incluso sobre la vida misma de una persona. “Si ese juez se equivoca y condena de manera incorrecta a alguien está cambiando la vida de las personas de manera terrible. El juez, en todo caso, está por encima de los demás hombres”, sostuvo.

Dijo que el juez debe ser una persona dedicada íntegramente a su trabajo para ejercerlo con una entrega total sin medir el tiempo y los sacrificios.

“Otra idea que lancé alguna vez: dije que a la diosa Temis, que nos la muestran vendada, debería quitarse el vendaje. Creo que la justicia no puede administrarse de manera ciega, la justicia debe administrase tomando en cuenta las pruebas, claro, pero también las circunstancia, las condiciones, de los delitos, etc.”.

“Hay una confusión generalizada en lo que son los tribunales de justicia o el órgano administrador de justicia; se los confunde con la justicia misma, que es un valor supremo. Y esa justicia es la que en realidad, de manera más general, exige la población”.

“El Órgano Judicial debe ganarse la suficiente confiabilidad y credibilidad por parte de la sociedad”.

“La elección directa tal como ha sido concebida ahora no resuelve el tema de la influencia política”.

“Hay personas que no han ejercido nunca la judicatura, que pueden desempeñarse de manera eficiente”.

La influencia política no se va a eliminar mientras sea el legislativo el que seleccione a los candidatos.

El tema de la corrupción no sólo es culpa de un lado, nosotros los ciudadanos también tenemos culpa.

El juez debe ser una persona dedicada íntegramente a su trabajo, que lo ejerza con una entrega total.

“El juez debe ser una persona dedicada íntegramente a su trabajo para ejercerlo con una entrega total, sin medir el tiempo y los sacrificios”.