Para sus abogados, no hace falta que hable. La defensa de Conrad Murray, el médico acusado del homicidio involuntario de Michael Jackson, entregó ayer al juez Michael Pastor la lista de los testigos que llamará a declarar en los próximos días: el nombre de Murray no aparecía. Aún así, Pastor recordó al médico que, si quisiera, en todo momento tendría el derecho a subir al estrado para testificar.
Sí declaró Cherilyn Lee, enfermera del rey del pop dos meses antes de que falleciera. Lee estaba encargada de tratar el insomnio que sufría Jackson con productos naturales, aunque, según declaró en el juicio, en abril de 2009 este le dijo: «La única cosa que me va a ayudar es Diprivan [una marca de propofol] y esto [las medicinas naturales] no funciona».
La enfermera afirmó que se negó a darle al cantante el fármaco anestético. Lee añadió que, aún así, Jackson le aseguró que, si un médico supervisara su tratamiento, todo iría bien. Murray reconoció que suministró al rey del pop ese fármaco horas antes de su muerte, el 25 de junio de 2009.
Su defensa sostiene sin embargo que la dosis no fue letal y que Jackson aumentó la cantidad de medicaciones que asumía justo cuando Murray estaba ausente. En su alegato de apertura del juicio Ed Chernoff, quien dirige la defensa de Murray, declaró: «[Jackson] Hizo algo sin el conocimiento de su doctor, sin el permiso del doctor, contra sus órdenes, realizó una acción que causó su propia muerte». Según la Fiscalía en cambio fueron justamente el descuido y la negligencia del médico las razones que causaron el fallecimiento del músico. Por eso, y por la «violación de todos los principios de la profesión médica», la acusación pidió cuatro años de cárcel para Murray.
Se prevé que el proceso, que inició el pasado 27 de septiembre, quede visto para sentencia a finales de octubre.
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Fuente: www.elpais.com