Bolivia baja sus índices de pobreza en 8 años

Bolivia redujo sus índices de pobreza e indigencia. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) alerta que al país le falta mayor gasto en materia social.

image Política. Los bonos dieron frutos, pero son insuficientes para resolver el problema



Carlos Morales y agencias, El Deber

El crecimiento económico, la mejora de los ingresos familiares y las políticas de asistencia social con distribución de fondos públicos lograron que, entre 2002 y 2010, la tasa de pobreza bajara de 62,4% a 53,0% (-9,4%) y la tasa de indigencia se redujera de 37,1% a 26% (-11,1%). 

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El país sigue la tendencia positiva de América Latina que, en los últimos 20 años (entre 1990 y 2010), registró una drástica reducción de la pobreza (ver página 21).

Así lo revela la Comisión Económica para América Latina (Cepal), en el informe sobre el Panorama Social de América Latina – 2011, que se presentó ayer en Santiago de Chile. Los datos coinciden con los publicados recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), Bolivia ha reducido la extrema pobreza en 11% en los últimos cuatro años. Y para afirmar eso compara lo ocurrido en los dos últimos años con los datos de 2006 y 2007, cuando el 37% de la población vivía con menos de Bs 7 por día, indicador que ahora ha bajado al 26%.

Similar es el panorama que señala el sexto informe del Progreso 2010 de los Objetivos Desarrollo del Milenio y los estudios elaborados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Pese a las mejoras, Bolivia muestra un avance lento e insuficiente para romper el lastre de que más de la mitad de su población se encuentra por debajo de la línea de la pobreza y un cuarto de sus habitantes vive en la indigencia con ingresos menores a $us 1,20 por día.

Cinco países registraron disminuciones significativas en sus tasas de pobreza entre 2009 y 2010: Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Colombia.

Honduras y México fueron los únicos países con incrementos relevantes en sus porcentajes de pobreza (1,7 y 1,5 puntos porcentuales, respectivamente).

El informe también destaca que la tendencia hacia la mejora distributiva en la región no se vio alterada después de la crisis económica. En el periodo 2008-2010, en México, Venezuela y Uruguay el índice de Gini cayó a un ritmo superior a 2% anual y en El Salvador y Perú sobre 1% por año.

Una de las mayores observaciones de la Cepal a Bolivia es su bajo gasto en materia social.

El gasto público, y en especial el gasto social, ha registrado un aumento significativo en las últimas dos décadas en la región, señala el Panorama social de América Latina 2011.

Entre los países con menor gasto por habitante (menos de 300 dólares) se encuentran Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay.

En este grupo la educación se convierte en la principal partida de gasto.

En cambio en los países con gasto social per cápita superior a los 1.000 dólares, como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Trinidad y Tabago y Uruguay, la seguridad y la asistencia social son las áreas de mayor importancia.

América Latina da el gran salto en dos décadas

El informe Panorama social de América Latina presentado en Santiago, Chile, por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, estima que en 2011 la tasa de pobreza caerá al 30,4% (de 31,4% en 2010) de la población, mientras que la de indigencia subiría levemente al 12,8% (de 12,3% en 2010), debido a que el alza en los precios de los alimentos.

Esto significa que la región cerrará este año con 174 millones de habitantes en situación de pobreza, 73 millones de ellos en condiciones de pobreza extrema o indigencia. En 2010 se contabilizaron 177 millones de personas pobres, de las cuales 70 millones eran indigentes.

Sin embargo, entre 1990 y 2010, en 20 años, la región redujo la pobreza en 17 puntos porcentuales, de 48,4% a 31,4% y de la de indigencia en 10,3 puntos, de 22,6 % a 12,3 % de la población.

Según la Cepal, la disminución de la pobreza se explica principalmente por un incremento de los ingresos laborales y las transferencias públicas monetarias.

"La pobreza y la desigualdad han seguido disminuyendo en la región, lo que es una buena noticia, especialmente en el contexto de crisis económica internacional”, indicó la funcionaria.

Sin embargo, “estos logros están siendo amenazados por las enormes brechas que presenta la estructura productiva de la región”.

La región incentivó el gasto fiscal

Como respuesta a la crisis económica internacional, los países de América Latina optaron por expandir transitoriamente su gasto público en vez de contraerlo, como fue lo tradicional en la década neoliberal de los años 90. Brasil encabezó con éxito este proceso y le siguió la mayoría de los países de la región.

Aunque dicha expansión no siempre tuvo un énfasis social, igualmente permitió prevenir el aumento del desempleo y de la vulnerabilidad social.

A esto se suma el incremento acelerado de las ventas de materias primas a China, que generó un “colchón financiero”. Esto explica que la región haya salido, por ahora, inmune frente a la crisis.

El estudio de la Cepal destaca que los índices de crecimiento económico no son suficientes para bajar aún más los índices de pobreza y que se requieren políticas para la creación de empleos formales.

Falta mayor movilidad social

Carlos Foronda / Economista

No hay por qué extrañarse de las cifras que revela la Cepal. América Latina, en general, y Bolivia, en particular, redujeron la pobreza gracias a la mejora en sus ingresos.

En el caso boliviano, pesaron los ingresos por remesas de los emigrantes (unos $us 1.000 millones anuales); la redistribución de ingresos fiscales a través de los bonos sociales como el Juancito Pinto, Dignidad y el Juana Azurduy ($us 600 millones anuales); y, la redistribución de excedentes por la venta de hidrocarburos (más de $us 2.000 millones anuales).

A esto hay que añadir los ingresos por narcotráfico y contrabando que abonan la economía informal, que superan los $us 1.500 millones anuales.

La reducción de la pobreza en Bolivia es coherente en este contexto, sin embargo, esto no significa que estemos haciendo todo bien. La movilidad social (más oportunidades y mayor calidad de vida) en el país es muy lenta. Aquí entran las variables de la educación y el empleo, que siguen siendo precarios. Se requiere crear empleo digno a través de puestos de trabajo estables, que rompan con la economía informal.

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