¿De líder indígena a Buffalo Bill andino?

Iván Arias Durán

ivan-arias-duran ¿No hay en Palacio alguien que le diga a su excelencia que se está equivocando? ¿No hay una o un verdadero cuate que le diga que deje de urdir tramas y trampas? ¿No hay un consejero que le diga que el rol de un gobernante es pensar en todos: ser grande de corazón, espíritu y acción? ¿No hay hombre o mujer a su alrededor que sea capaz de mostrarle que las leyes se deben cumplir y no discutirlas como tanta veces nos amenaza el Vicepresidente a los ciudadanos? ¿Cómo es posible que los que le rodean se hayan reducido a ser simples y vulgares adulones que con su silencio y disfrute de las migajas del poder avalan las tramas y trampas contra los indígenas del TIPNIS? ¿Será posible que en palacio se ha instalado un grupo que es capaz de hacer y soportar cualquier cosa con tal de conservar las mezquindades del poder? ¿Dónde han quedado sus ideales de justicia, respeto y dignidad por los que tanto lucharon? ¿Son compinches silenciosos o participan con deleite el ardid de las tramas y trampas?

Que el poder te hace perder la cabeza, a no dudarlo. Todos los que alguna vez pudieron disfrutar del mismo lo hemos padecido. Y para sufrir esta enfermedad, que los griegos la denominaron HUBRIS, no es preciso que seas Presidente, basta con que seas ministro, viceministro, dirigente sindical o presidente de una OTB. La arrechura del poder nos ataca a unos y a otros, por ello debemos estar listos para tomar las medicinas que curan este mal, porque si no las tomamos, la hubris atacará nuestro organismo como el cáncer de páncreas que solo se manifiesta cuando quedan semanas para la muerte.



¿Cuales las medicinas contra la Hubris?: a) alejarse de los adulones, b) beber cucharones, no cucharaditas, de humildad, c) comer ingentes dosis de realismo, d) dejar de creerse inmortal e infalible, e) expulsar los demonios del resentimiento y odio, f) fijarse una pronta fecha para retirarse a descansar.

En el actual padecimiento de la hubris, en su fase de delirio calenturiento, a los mandamases de palacio se las ha ocurrido agarrase de la palabra intangibilidad para garrotear, aplastar y pasarse por el forro a los indígenas de tierras bajas. Los masistas bien saben que lo único intangible son los vientos que uno bota producto del empacho, pero se obstinan en no aceptarlo. Bajo esta ceguera quieren reducir a los indígenas de tierras bajas a unos seres de pecera, a unos individuos de vitrina, a unos seres de reserva y circo al estilo Buffalo Bill norteamericano. Ni la luna es intangible y quieren que el TIPNIS lo sea.

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Pero en el fondo lo único que buscan, bajo el pretexto de intangibilidad, es romper a las comunidades indígenas para que los cocaleros del chapare se apoderen de las tierras más aptas del TIPNIS y otros parques sean convertidas en sembradíos de coca. Por eso la propuesta, de campesinos de Yungas de La Paz, único lugar para la siembra legal de la coca, en sentido que los bolivianos participemos de un referéndum para saber si queremos que se siga sembrando o no coca en el chapare es una idea que deberíamos analizar y pronto ponerla en práctica. Los resultados de ese referéndum estemos seguros que pararían la angurria por las tierras del TIPNIS y las trampas para seguir con el tramo II de una carretera que busca matar el corazón del Parque.

En un reciente informe de Naciones Unidas se detalla que más del 93% de la coca del Chapare ingresa al circuito de la ilegalidad. Gracias a esta coca los laboratorios de procesamiento de cocaína proliferan y Bolivia corre el peligro de volver a los tiempos de la narco-dictadura cuando nos ganamos el sitial de ser un Narco-Estado. Por ello la coca del Chapare no es algo que se deba dejar pasar por alto, ya que su mal uso afecta a todos los bolivianos y bolivianas. Veamos la tragedia que pasa México (más de 50 mil muertos en tres años en que el Estado quiere recuperar su autoridad) y saquemos lecciones para nosotros.

La comunidad internacional, si no tomamos medidas internas, empezará a condicionarnos, como ya lo hace Brasil, antes de firmar cualquier convenio de cooperación. Por supuesto para que el referéndum tenga confiabilidad y garantía de ser respetado, debemos pedir a las Naciones Unidas y otros organismos internacionales (menos Unasur con su Mattarolo) participen en la organización y realización del referéndum porque, con el actual Tribunal Electoral, no vaya a ser que los bolivianos aparezcamos aprobando que se siembre coca incluso en nuestros jardines y maseteros del comedor.