Cruceñas, cruceños.
A todas y todos los que habitamos esta extraordinaria tierra que es Santa Cruz:
Hoy quiero compartir con ustedes no sólo la celebración de un aniversario más de la institución que desde hace 61 años batalla por la región -el Comité pro Santa Cruz, al que me honro en presidir-, sino también una reflexión de fondo, urgente y necesaria, sobre nuestro departamento, sobre nuestra sociedad, sobre nuestros sueños de progreso y nuestros compromisos con Santa Cruz y con el país.
Quiero que hagamos esta reflexión juntos, con serenidad y firmeza; respetándonos, sin sacrificar la franqueza; y, sobre todo, dejando de lado la confusión de adentro y de afuera que pretende sacarnos del cauce de nuestra historia y de nuestra identidad.
Sé que podemos hacerlo con alegría, sin ceños fruncidos, sin amarguras, sin resentimientos, porque estos son valores que desde siempre han forjado la grandeza de nuestro pueblo.
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Estos valores hoy resurgen con más fuerzas que nunca, después de tiempos marcados por la desazón y la impotencia frente a las imposturas y desaciertos de los poderosos de turno. Estos valores que resurgen hoy, gracias a los pueblos indígenas de nuestro oriente boliviano, pueblos que nos han devuelto la ilusión y la esperanza con una lección de paz, dignidad y coraje, escrita para la historia en sesenta y seis días de caminata a lo largo de más de seiscientos kilómetros. Una marcha que nos recuerda que Santa Cruz siempre supo levantar la frente y mirar al futuro, y comprometerse con él.
Así fue como nuestra gente convirtió el trabajo en desarrollo, el territorio en espacio de convivencia, la palabra en puente y la acción en camino de encuentro y fraternidad.
Por supuesto que nada fue idílico. Nada lo es. La realidad se encarga siempre de recordárnoslo. Nuestros Mayores lo sabían, y también nosotros lo sabemos. Por eso tampoco nos creímos las fábulas de mundos perfectos, aunque nunca hemos dejado de soñar y batallar para lograr un mundo mejor, una sociedad más digna y justa.
Lo hecho por mujeres y hombres de Santa Cruz a lo largo de siglos así lo demuestra. Nuestros logros están teñidos de esfuerzo, de visión, de perseverancia. Preferimos impregnarnos de la auto estima que tonifica, antes que de la soberbia que confunde. Pero por sobre todas las cosas, nos convencimos que así como la libertad tiene un costo, ningún esfuerzo es suficiente para construir un futuro mejor para todos.
Esa convicción es la que debe seguir inspirándonos, motivándonos, para seguir construyendo. Recordando siempre que nuestros mejores logros han sido y son el fruto de planificación y compromisos individuales y colectivos, asumidos y cumplidos con determinación.
Esa actitud pro activa nos ha permitido -casi siempre- superar limitaciones, vencer miedos, buscar el entendimiento para crecer como departamento y como país. Porque si hay algo que sobresale con claridad de nuestros logros, es que cada uno de ellos ha resultado ser beneficioso no solo para Santa Cruz, sino para Bolivia toda. Así fue y así es como debe seguir siendo. Santa Cruz fue llamada a ser el crisol de la bolivianidad, y ya lo es.
Ahora la historia nuevamente nos convoca para ser esperanza de vida y progreso, no para un futuro lejano, sino para ahora, ¡ya! Por eso y para eso es que tenemos que potenciar nuestros valores: el de la solidaridad, el de la fraternidad, el del trabajo. El valor de la alegría, del coraje, de la perseverancia. El valor de la franqueza.
Afortunadamente, no partimos de cero. Ya recorrimos un gran trecho. Lo hemos logrado manteniendo, como esencia de nuestra identidad, la alegría en medio de las privaciones. Los golpes y las adversidades nunca han sido más poderosos que nuestras ganas de vivir, de sonreír, de seguir cantando.
Por eso nunca nos cansamos de contar y recordar nuestras historias. Porque hemos crecido valorando lo nuestro, la fortaleza, la dignidad, el trabajo, la honradez. Y así queremos seguir creciendo, así queremos seguir viviendo.
No necesitamos que nos enrostren nuestros defectos para reconocerlos. Aprendimos la frase del poeta que dice "pobre de ti si tu adversario tiene la razón". Sabemos que tenemos mucho que corregir y profundizar para ser mejores. No es tarea fácil, por supuesto. Pero podemos cumplirla si de verdad estamos decididos a superar nuestros errores, a dejar de lado nuestras diferencias personales, a sobreponer por sobre los nuestros, los intereses de nuestra sociedad, de nuestro departamento, de nuestra patria.
Estoy convencido que la mayoría de nosotros mantiene intacta su indignación ante las injusticias, ante las limitaciones de su libertad, ante la prepotencia de las autoridades de turno, ante la falta de principios.
Por eso nos indignamos frente a procesos como el consumado el 16 de octubre pasado. Unas mal llamadas elecciones judiciales que, lejos de resolver los graves problemas que padece el Poder Judicial, sólo profundizarán el abuso y la imposición de un sistema de justicia dependiente de un único y hegemónico partido político.
Este sentimiento es compartido con la mayoría de nuestra ciudadanía, reflejada descarnadamente en la victoria de los votos nulos y blancos sobre los votos válidos, por primera vez en la historia de Bolivia. Sin duda un mensaje contundente al poder central, que se ha multiplicado en todo el territorio.
Pero también nos incomodan el facilismo y la evasión escapista. La ausencia de compromiso, el desafecto para con Santa Cruz y su gente, de dentro y de fuera. Nos molesta que se desmerezca el esfuerzo de las generaciones que construyeron, desde el sacrificio y el trabajo, todo lo que hoy disfrutamos.
También sabemos que solo indignarnos no basta. Tenemos que dar un paso al frente y transformar nuestra energía creativa en voluntad de cambio, en propuestas para la acción. Esto es lo que vengo a proponerles hoy, como un mandato que emerge del compromiso que asumí al postularme y ser elegido presidente de nuestro Comité pro Santa Cruz.
Una voluntad de cambio, una urgencia en la acción que nos recuerda, entre otras, la necesidad de la formación de ciudadanas y de ciudadanos que mantengan la coherencia entre la cabeza y el corazón, que sepan de convicciones y de firmezas, que no se acobarden frente a los obstáculos, que sean capaces de abrazar retos, de asimilar cambios, de transformar realidades, de coronar logros.
Algunas de estas metas son las de crear nueva riqueza, más y mejor ciudadanía, mayor inclusión y justicia social, vencer la lucha contra la pobreza.
Convencidos de ello, estamos hoy aquí, en este 61 Aniversario del Comité, para ratificar nuestro compromiso con Santa Cruz y con su gente, nuestro compromiso con el Bien Común en beneficio de todos: del departamento y del país.
Un compromiso que estamos dispuestos a honrar, ejerciendo un liderazgo responsable y fortalecido que sea capaz de cohesionarnos como sociedad, que nos integre a Bolivia y al mundo.
Para lograrlo, necesitamos el esfuerzo de todos. Necesitamos un compromiso colectivo que nos permita poner en marcha acciones concretas y resultados en su ejecución.
Conscientes de la urgencia de iniciar un verdadero proceso de cambio, y como muestra de nuestra real voluntad de hacerlo, traemos hoy nuestras propuestas de acción para que se conviertan en compromiso colectivo:
Proponemos transparencia y fiscalización
Estamos cansados de la corrupción y de la ineficiencia. Necesitamos saber en qué y cómo se están gastando los recursos públicos, la inversión que se ejecuta para construir nuestro futuro. Los recursos que administran los servidores públicos son nuestros. Tenemos el derecho de exigir de que se nos informe. Por ello, demandamos a todas las instituciones públicas -nacionales, departamentales, municipales y a nuestras cooperativas de servicios- poner en práctica los postulados de transparencia en el manejo de los recursos económicos y de los bienes públicos.
Pedimos que se transparente toda la información sobre el manejo de los dineros y bienes públicos, a través de los portales en Internet, para que toda la ciudadanía pueda acceder a ella. De esta manera, cualquier ciudadano o ciudadana podrá conocer y fiscalizar lo que hacen sus instituciones con el dinero de todos los bolivianos, para poner freno a la improvisación y al dispendio en la inversión pública y social.
Convencidos de que no hay mejor prédica que la del ejemplo, oficializamos que el Comité pro Santa Cruz así lo hará: compartiremos con toda la ciudadanía, a través de nuestro portal de Internet, todo el manejo económico y administrativo del ente cívico. Estamos preparando nuestro sitio para que se socialice desde el 1 de enero del año 2012.
Proponemos hacer funcionar nuestras autonomías
Tenemos que pasar del discurso a la acción. Para ello, exigimos que se aprueben Leyes por parte de la Asamblea Legislativa Departamental y Leyes y Ordenanzas por los Gobiernos Municipales, que faciliten la vida en comunidad, en ejercicio pleno de las Competencias Exclusivas, que no están en discusión. Tenemos que ampliar el espacio de Libertad, Justicia y Democracia, y eso se logra haciendo funcionar las instituciones democráticas. Quienes administran nuestro Parlamento Departamental autonómico y los Concejos Deliberantes autónomos están en deuda con nosotros.
Proponemos más educación cívica
La ciudadanía necesita educación cívica para lograr una militancia democrática, responsable e informada. Necesitamos desarrollar campañas para ejercer nuestros derechos y para masificar la alfabetización digital y tecnológica, como política pública, ejecutadas por los órganos públicos y cooperativas que administran la energía y la conectividad. El estudio, la innovación y el conocimiento deben facilitarnos llegar al desarrollo, la competitividad y el progreso.
Tenemos que ganar la batalla por los derechos ciudadanos y por los derechos humanos. En ejercicio de nuestra ciudadanía plena, no tenemos que pedir permiso a nadie, depende de nosotros y de nuestra capacidad de organizarnos, demandar y movilizarnos.
Proponemos la recuperación, revalorización y preservación cultural
Somos herederos de valores culturales, nuestros y universales. Hemos construido una personalidad capaz de integrarse al mundo. Reconozcamos el valor de las manifestaciones identitarias de Santa Cruz, fortaleciendo a las ya existentes. Sigamos viviendo y edificando nuestra cultura; tenemos que elaborar un inventario y un cronograma que, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, contenga la riqueza del desarrollo espiritual que estamos construyendo:
Convirtamos los Festivales Internacionales de Música Barroca en el emblema de nuestro mestizaje. Y los Festivales de Teatro, Cine y Danzas en una invitación al mundo.
Difundamos la belleza de la palabra escrita a través de las Ferias Internacionales del Libro, la masificación de la lectura y el desarrollo de planes lectores, como un objetivo estratégico del próximo quinquenio. Empecemos ahora.
Hagamos nuestras todas las Ferias productivas en nuestra ciudad y en todos nuestros pueblos y municipios; ellas sirven para demostrar el trabajo de las manos de nuestra gente, y es nuestra respuesta a la lucha contra la pobreza, a la generación de fuentes de trabajo y el logro de la soberanía alimentaria. El 60% de la seguridad alimentaria de Bolivia sale de Santa Cruz, debemos sentirnos orgullosos de ello.
Nuestro pueblo creció en cabalgatas, caminatas y romerías; que vuelvan a reunirnos bajo nuestro cielo.
Mantengamos vivos nuestros Patrimonios Culturales: las Misiones Jesuíticas, El Fuerte de Samaipata, Chochís, San Antonio de Lomerío, Santa Cruz La Vieja. nuestra cuna.
Trabajemos chiquitanos, guarayos, guaraníes, ayoreos, yuracarés, mojeños. todos juntos, en este oficio de conocernos, respetarnos e integrarnos.
Proponemos una Santa Cruz nacional y universal
Reafirmamos nuestro compromiso de integración con la diversidad. En Santa Cruz coexisten, como en ningún otro departamento, ciudadanos de todos los pueblos; ciudadanos de los 9 departamentos, ciudadanos de todos las naciones indígenas; ciudadanos de 130 países; 37 representaciones consulares; aquí conviven la fe y los cultos de todas las religiones y creencias civilizadas del mundo. Con una realidad tan diversa y plural, ¿cómo no ser generosos y abiertos a los cambios?
Por todo lo expuesto, convocamos hoy día a todas las instituciones, sectores, actores, ciudadanos y ciudadanas de Santa Cruz a ser parte del gran debate sobre nuestra realidad, sobre nuestros retos y aspiraciones, para elaborar una propuesta renovada que, bajo el compromiso con una "Visión Santa Cruz 2020", se sume a la construcción que están tratando de elaborar muchas instituciones.
Una propuesta que nos identifique y nos cohesione socialmente, que aproveche nuestras ventajas comparativas y competitivas y que coloque en la Agenda Pública las legítimas demandas ciudadanas.
Una propuesta alternativa al modelo de desarrollo gubernamental, que se reduce al control y a la explotación de los recursos naturales, de la tierra y del territorio. Un modelo alternativo que reconozca las demandas, derechos y saberes de los pueblos.
Una propuesta autocrítica, que asuma que nuestro modelo de desarrollo regional, aunque el único exitoso hasta hoy en Bolivia, no es perfecto y necesita ser mejorado.
Una propuesta que haga énfasis en la urgente defensa de nuestros recursos naturales, de nuestros bosques, de nuestros parques. Para que nuestra tierra, nuestro espacio vital, deje de ser un campo de batalla improductivo y estéril, o la tierra sin control para piratas de la madera o la producción de cocaína. Aquí es necesario demandar de manera explícita el cumplimiento de leyes que contemplan, entre otros puntos importantes, el respeto a la vocación productiva mayor, a la sustentabilidad.
Nuestra propuesta de "Visión Santa Cruz 2020" debe contemplar además, como punto central, nuestra voluntad y determinación de vivir en una cultura de paz, de respeto, de tolerancia y tranquilidad. Esto nos convoca a denunciar toda forma de violencia, injustica, abuso y chantaje, venga de donde venga.
Nuestra propuesta también contempla el ejercicio de una ciudadanía plena, informada y responsable. Para ello, tenemos que asegurarnos de contar con todos los instrumentos jurídicos, sociales, políticos y tecnológicos que nos permitan hacer respetar nuestros derechos, asumiendo responsablemente nuestros deberes.
Nuestra propuesta incluye necesariamente un punto central, la reivindicación de una demanda añeja y hasta hoy no atendida, las autonomías departamentales por las que votamos. Estamos insatisfechos con la autonomía que nos han dado; no luchamos tanto para lograr tanta mezquindad. No obstante, reiteramos nuestro compromiso de hacer funcionar lo que tenemos y fortalecer, democráticamente, nuestra ciudadanía. Nuestro objetivo es claro: que Bolivia, como reza el artículo 1 de la Constitución Política del Estado, sea autonómica, libre, soberana, incluyente y democrática.
Nuestra propuesta contempla, además, nuestra voluntad de seguir siendo habitantes del mundo, integrantes de una sociedad de iguales. Que no se nos califique ni discrimine por el color de nuestra piel, ni por el origen de nuestras lenguas.
Nuestra propuesta, por último, incluye una demanda para que se respete nuestra identidad, como nosotros lo hacemos con los diversos. Lo hacemos así, porque apreciamos lo que tenemos, nuestro gentilicio, Santa Cruz, nos obliga a mantener los brazos abiertos y la mira alta.
Respetuosos de la democracia, exigimos transparencia, eficacia y resultados a favor de nuestra población. No queremos que el malestar termine en la indignación y la indignación en violencia. Queremos, de corazón, que nuestras instituciones y nuestra democracia funcionen sin sobresaltos, con capacidad para reformarse y adecuarse a los cambios.
Para terminar, aprendamos de la Marcha por el TIPNIS, de su valor y constancia, a defender lo nuestro. Nuestro Parque Amboró, nuestro Choré, nuestro Valle de Tucabaca, nuestro Parque Kaa-Iya, nuestro Alto Paraguá, nuestro Parque Noel Kempff; ahí está nuestro futuro.
Pero, más allá de todo esto, aprendamos a defender nuestra identidad y nuestros valores libertarios.
Pido a los jóvenes que hagan suyo este grito de rebeldía, justicia y libertad, y ocupen el espacio que la Historia les demanda.
Muchas gracias.