La fortaleza del cardenal contagia vida

Salud. Es la primera autoridad de la Iglesia católica en Bolivia. Estuvo internado durante 48 horas recientemente. Se le hizo un chequeo del corazón y de su aparato digestivo

El doctor Luis Rengel está por cumplir 50 años, pero la gente cree que tiene 40. Él tiene algunas hipótesis del porqué aparenta una casi eterna juventud, quizá el deporte que practicó cuando era chico, quizá la buena dieta que lleva, quizá es una cuestión de genes. Pero es muy probable que lo que juegue a su favor sea la fortaleza de acero que emana el cardenal Julio Terrazas cuando acude a su chequeo del corazón, a ese consultorio donde Rengel oficia como su médico de cabecera.

Él siente que cuando el religioso está ahí, la paz se mete por todas las hebras de su piel y se siente más vivo que nunca. La última vez que Rengel vio al cardenal fue para una revisión, pero lo tuvo internado durante dos días, hace un par de semanas. “Se le hizo un chequeo general”, explicó. Sí, un chequeo del corazón y otro por un asunto intestinal que arrojó resultados que tranquilizan al primer hombre de Iglesia católica de Bolivia. 



El cardenal Julio Terrazas Sandoval (75) el 16 de este mes se sometió a un chequeo médico en la clínica Incor, días previos a un viaje que tenía que hacer a Roma (Italia). El chequeo lo tuvo internado durante 48 horas, dijo Rengel.

El religioso, que en 2009 fue operado del corazón y el año pasado del ojo, por un problema de catarata, se encuentra bien de salud, según los galenos. Atrás quedaron las preocupaciones por los momentos duros de cuando fue operado a corazón abierto en febrero de 2009, oportunidad en la que fue sometido a varios puentes coronarios para conseguir mayor irrigación.

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La cirugía de aquella vez estuvo a cargo de ocho médicos. En contacto con el círculo más cercano de Terrazas, a Rengel le han hecho saber que el cardenal está tan firme como siempre, que se siente muy bien, fuerte y que tiene todavía mucho para dar a Bolivia. Para Rengel, el cardenal es un ejemplo de vida desde todo punto de vista.

La fortaleza que tiene es impresionante, dice, y él cree que es por la fe y por el amor que tiene a su gente. Está seguro que el delegado de Dios en Bolivia es una persona muy fuerte, que transmite mucha paz, enseñanza y que no claudica ante cualquier situación y que es de los que continuarán peleando mientras tenga un respiro de vida. 

Román Gutiérrez fue el otro médico que atendió recientemente a Terrazas. Le hizo un chequeo de su sistema digestivo y dijo que, en términos generales, se encuentra en buen estado de salud. Los problemas de coronaria como los que ha tenido el cardenal son más frecuentes de lo que la gente piensa.

Rengel revela el dato de cuatro cirugías que se hacen a la semana, probablemente tres sean por esa enfermedad. “Tenemos unos vasos que  irrigan sangre al corazón y que forman como una corona alrededor de él, se pueden enfermar por arterioesclerosis, que es un depósito de grasa dentro de las coronarias que puede obstruirlas y dejar de fluir sangre a un pedazo de corazón”, explicó el médico que atiende al cardenal Terrazas. La fortaleza de Terrazas no solo alimenta la fe de los fieles católicos, sino también la fuerza para luchar contra las enfermedades, que son comunes a muchos bolivianos.

Guillermo padece arritmia cardiaca y eso lo deprime porque no quiere morir. Tiene cuatro hijos que mantener y la preocupación por los suyos empeora su enfermedad.  Pero se ha enterado de que no es el único cuyo corazón enfermo, y que incluso el cardenal está luchando, y que la fortaleza que él demuestra en la misa de los domingos que se ofician en la catedral lo han inyectado de ánimos para no creer que aunque sea con el corazón herido se puede vivir. 

Pero también la parte médica hace su trabajo. Los expertos en problemas del sistema cardiovascular recomiendan que a partir de los 40 años una persona tiene que hacerse una revisión anual del corazón y a partir de los 60 ir dos veces al médico. 

Esos chequeos médicos deben considerar un estudio de la bioquímica sanguínea para ver cómo está el colesterol, los triglicéridos, si la persona tiene diabetes o presión alta. Lo ideal es enterarse de que algo anda mal antes de que salten los síntomas.

Un dolor de pecho opresivo enciende la luz roja de que una angina camina por ahí. El cansancio, la falta de fuerzas para trabajar también delatan una insuficiencia en ese órgano vital. Pero estos problemas aparentemente comienzan desde la infancia.

El médico Rengel cree que como consecuencia de la ingestión de comida chatarra van cambiando las características de la capa interna de las coronarias. “A simple vista no se ve, pero bioquímicamente un cambio que hace predisponerte la formación de depósitos de grasa”, afirma el médico de cabecera del cardenal Terrazas. 

Los flacos no están a salvo. A Adolfo le detectaron que su corazón estaba cubierto de grasa. “La culpa es del colesterol alto y la hipertensión arterial que no le controlaban. El estrés tiene su cuota en este problema. Para Rengel se trata de un gatillo que activa una enfermedad del corazón.

“Los que padecen de un asunto de coronarias, si se somete a un estrés, experimentan una subida de adrenalina y eso puede producir una crisis hipertensiva”.

Por eso, el comentario de las personas fue de que a Terrazas se le complicó la salud como efecto de los problemas causados por los asuntos políticos y la detonación de una bomba en la puerta de su casa una madrugada de abril de 2009. Así como el cardenal Terrazas cuida su salud, alimentación sana y chequeos médicos oportunos. 

“La vida cambia después de que te detectan que tu corazón puede fallar como lo hace un motor viejo”, dice Freddy, que vive con un marcapasos en el pecho. “Tenés que cuidarte de la comida chatarra y de las tormentas eléctricas”, dice con un sentido del humor que se refleja en una sonrisa franca en su cara de luna.

“Cada vez que mi corazón me recuerda que puede fallar, me acuerdo del cardenal”, dice y resalta que Terrazas es un apóstol de la vida. Por eso, Ortuño decidió poner de su parte, y eso significa que comerá sano, que irá a sus chequeos sin ‘hacer caras’.

Sobre Terrazas  

Nacimiento. En Vallegrande, el 7 de marzo de 1936. Realizó sus estudios básicos y secundarios en su ciudad natal. Ingresó al seminario de los padres Redentoristas de San Bernardo (Chile) en 1952. Su noviciado fue en Salta, Argentina en 1956. En 1957 hizo su primera profesión religiosa.

Ordenación. Cursó estudios de Filosofía y Teología en el Instituto de los Redentoristas de Córdoba, (Argentina). Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de julio de 1962. Obtuvo el título de pastoral social en la Universidad de EMACAS (Lille-Francia). Fue párroco y superior de la comunidad en Vallegrande y vicario foráneo hasta 1978.

Episcopado. Fue ordenado obispo el 8 de junio de 1978 y nombrado Obispo Auxiliar de La Paz hasta 1982. Estuvo como obispo de Oruro entre 1982 y 1991. El 5 de febrero de 1991, Juan Pablo II, lo hizo Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra y fue posesionado el 14 de abril del mismo año. Fue nombrado cardenal por el papa Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de febrero de 2001. Recibe el 2002 el nombramiento como miembro del Consejo Pontificio para Laicos. Ratificado en el mes de abril de 2008 por Benedicto XVI.

Representaciones. Se desempeñó como presidente de la Comisión Episcopal de Laicos, Juventud y Vocaciones y  como miembro de la comisión de laicos del Celam. Participó en varios sínodos y ha estado en varios periodos como presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia.

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Roberto Navia, El Deber