Finalmente, se va develando la verdadera historia detrás de la firma del acuerdo marco con Estados Unidos. El viceministro de defensa social, el dirigente cocalero Felipe Cáceres, ha confirmado que mañana viernes se suscribirá el convenio trilateral con Brasil y EEUU para reforzar la erradicación de cocales ilegales.
Por supuesto, Cáceres se ocupó de precisar que “por soberanía y dignidad” Estados Unidos no participará en las tareas de interdicción ni de erradicación, sino que “contribuirá con asistencia económica y ayuda logística”.
Lo que está en el fondo de todo esto es la decisión del gobierno del Brasil de cortar de cuajo la inundación de cocaína en las favelas del vecino país, en su gran mayoría proveniente de Bolivia y más específicamente del feudo presidencial del Chapare.
De ahí que semanas atrás el ministro de defensa brasileño, Celso Amorim, visitara La Paz. ¿El resultado? Pocos días después, el canciller Choquehuanca firmaba el acuerdo con el “imperio”.
Por si no queda claro, la suscripción del convenio con el gobierno norteamericano parece haber sido una condición sine qua non y urgente para poner en marcha, “de una vez”, el tratado trilateral y poner coto a la narcotización del Estado boliviano.
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Todo indica que hay una vinculación entre ambos acuerdos.
Formalmente, no hay vuelta de la DEA, pero las fuerzas brasileñas de interdicción cumplirán ese rol, con asesoramiento norteamericano…
Chapare Intangible
Con tanta saña se ha volcado el régimen evista a hacer cumplir la “intangibilidad” del TIPNIS, que ha movido a la reflexión sobre la posibilidad de aplicar esa categoría a otras áreas del país.
Por ejemplo, ¿por qué no aplicar el principio de la “intangibilidad” al bastión cocainero del Chapare?
Si así se hiciera, veríamos evaporarse unos cuantos problemas nacionales.
La idea ya cunde por las redes sociales…