El presidente Barack Obama pidió ayer a la Unión Europea que se mueva con más fuerza, decisión y más voluntad política para superar la crisis que padece, y también aseguró que Estados Unidos está listo para ayudarla. Sus palabras fueron, sin embargo, poco convincentes. De hecho, hay consenso entre los analistas cuando afirman que si Europa no se salva a sí misma nadie podrá salvarla y mucho menos Estados Unidos, que hasta ahora no ha sido capaz de recuperarse totalmente de su propia crisis.
El esfuerzo, en todo caso, tendría que ser conjunto. Las declaraciones de Obama tuvieron lugar después de la reunión ayer en la Casa Blanca con el presidente del Consejo europeo, Herman van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, mientras Wall Street festejaba un principio de acuerdo sellado entre Francia y Alemania para buscar una mayor integración fiscal en la Unión Europea, aunque nadie sepa todavía si podrán instrumentarlo. “Estados Unidos está listo para hacer su parte para ayudar (a Europa) a resolver este tema (la crisis). Esto es de gran importancia para nuestra economía.
Si (la economía de) Europa se contrae, o si Europa está teniendo dificultades, entonces es mucho más difícil para nosotros crear buenos empleos aquí en casa”, dijo Obama quien en busca de su reelección ha hecho del desempleo su prioridad número uno. Horas antes, su vocero Jay Carney había especificado, sin embargo, que Washington está dispuesto a dar “consejos” a Europa, no ayuda financiera. ¿Qué tipo de consejos? Carney no dio detalles. Pero tras el fracaso del Supercomité bipartidario que había sido creado en el Congreso para reducir el déficit fiscal estadounidense, quedó una vez más en claro que Estados Unidos tiene tantos o más problemas políticos que Europa, aunque sean de otra naturaleza. En efecto, ayer la agencia calificadora Fitch mantuvo la nota máxima triple A (“AAA”) de la deuda soberana de EE.UU.
Fuente: CNN.
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