La máxima diplomática de Estados Unidos criticó el martes las elecciones parlamentarias de Rusia, calificándolas de amañadas, y dijo que los triunfos electorales de partidos islamistas en Egipto no debe retrasar el avance del país hacia la democracia tras la caída del autócrata Hosni Mubarak este año.
"Los electores rusos merecen una investigación completa del fraude electoral y la manipulación", dijo la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton durante el 18 Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en Vilna, la capital de Lituania.
El jefe de la diplomacia rusa estaba presente en la reunión, pero ambos funcionarios no tenían previsto reunirse por separado.
Clinton aludió a las elecciones del fin de semana en Rusia, en las que el partido del primer ministro, Vladimir Putin, ganó la mayor parte de los escaños parlamentarios. Los políticos de la oposición y los observadores electorales dicen que el resultado fue inflado por maniobras fraudulentas, como el relleno de urnas.
En cuanto a los comicios parlamentarios egipcios, dijo que Estados Unidos los consideró imparciales.
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Aunque Clinton reconoció las victorias de los partidos islamistas en esas votaciones, muchos de esos ganadores no son amigables con Estados Unidos o su aliado Israel. Algunos activistas políticos seculares egipcios están preocupados de que su revolución —que derrocó en febrero a Mubarak— esté siendo secuestrada.
Los partidos islamistas están entre los más conocidos y mejor organizados en Egipto y aunque se esperaba que les fuera bien en la primera ronda electoral de la semana pasada, un bloque de línea dura se anotó ganancias sorprendentemente grandes.
Clinton expresó abiertamente el temor de que los intransigentes egipcios violen los derechos humanos y de las mujeres.
"Las transiciones no sólo requieren elecciones justas e incluyentes, sino también la adopción de normas y leyes democráticas", dijo. "Esperamos que todos los actores democráticos defiendan los humanos universales, incluidos los de las mujeres, para permitir la libertad religiosa", agregó.
Clinton también criticó los abusos de derechos humanos en Bielorrusia y se reunió con activistas de ese país, frecuentemente llamado la última dictadura de Europa. La secretaria los animó a que sigan oponiéndose a una reciente ofensiva del régimen del presidente Alexander Lukashenko.
"Es inconcebible que en la Europa de hoy, en diciembre de 2011, el gobierno de Lukashenko se comporte de la forma en que se está comportando", dijo a los defensores, educadores, blogueros y otras personas.
AP