Es el lugar más sagrado sobre la Tierra para millones de musulmanes y muchos viajan cada año allí para rezar en la Gran Mezquita. Pero La Meca, la cuna del profeta Mahoma, ha sido recientemente comparada con Manhattan por el ritmo veloz al que se levantan imponentes edificios modernos, que han cambiado la fisionomía de la ciudad. Gigantescos hoteles de lujo se construyen con el aval de las autoridades locales, que dicen querer recibir con comodidad a los peregrinos, entre ellos muchos que son muy ricos. Pero algunos sauditas están furiosos por la manera en que este desarrollo urbanístico acaba con rincones llenos de tradición y afecta la atmósfera espiritual de su «ciudad santa».
Fuente: BBC
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