Menú inflacionario

Fernando Crespo Valdivia

CRESPO En principio, había programado una cena poco tradicional para festejar el Año Nuevo. Es decir, cocinar diferentes carnes, muchas verduras, distintos tubérculos, uno que otro cereal y, sobre todo, un postre a base de cremas y fruta fresca. De hecho, toda la familia estaba de acuerdo con el menú escogido.

Como parte del millón de personas en plena transición a la clase media, este año merecíamos carne de cerdo con sabor agridulce o un lomo relleno de jamón con salsa de champiñones. El arroz blanco tenía que ser sustituido por papa. Si bien, la acostumbrada papa imilla tiene su encanto, la familia deseaba algo más internacional como papa holandesa. Por exigencia de los niños y adolescentes de la casa, las acostumbradas ensaladas de lechuga y poco tomate deben ser eliminadas del menú.



En vez, deseamos un suflé de alcachofas con queso parmesano o muzarella y un soltero con choclo tierno de Río Abajo, queso criollo, tomate, quirquiña y, para darle el toque mágico, pedacitos de locoto. Luego, se había acordado terminar la cena con helado de tumbo o granizado. Felizmente, el café es opcional. Pero, dado que no es temporada y sólo llueve, se ha optado por degustar fruta fresca en salsa de chocolate. Sin duda, el fondue de frutas tropicales es lo más esperado por toda la familia.

Acordado el menú de fin de año, lamentablemente me metí a estudiar el IPC de la ciudad de La Paz. Digo “lamentablemente”, porque revisé los precios de los 102 alimentos y bebidas de la lista del INE de nuestra ciudad. Como buen economista agrícola sujeto a un presupuesto, grafiqué la evolución de los precios nominales y calculé la tasa de inflación anual de cada producto. Luego, para tomar mejores decisiones en cuanto al menú, estimé los precios reales de todos los alimentos y bebidas de la lista.

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Para mi sorpresa, el menú deseado posiblemente sea el más inflacionario de los últimos 10 años. Según el INE, la carne de cerdo y res tienen un incremento de precio de 13,8% y 5,5% respectivamente, aunque sabemos que en el supermercado la tasa inflacionaria de ambas carnes es mucho mayor. Asimismo, las frutas frescas para la salsa agridulce y postre están por los cielos, independientemente si las compras se hacen en el mercado Rodríguez, Achumani o Villa Fátima. Según el INE, el kilo de manzanas tiene una tasa inflacionaria de 27,1%, la papaya de 88%, las uvas de 37,3% y la mandarina de 25,6%.

Sin duda alguna, los datos confirman que debo cambiar mi salsa agridulce por algo más salado. En cuanto a la papa holandesa (que tiene una tasa inflacionaria de 13,5%) necesariamente debe ser sustituida por papa negra o arroz, a fin de abaratar los costos gastronómicos. Por último, el soltero tan apetecido por mi persona posiblemente tenga que ser sustituido también. Sólo el choclo tiene una tasa inflacionaria de 14% hasta noviembre (y eso que empieza la temporada del maíz) y el queso criollo de 34,1%. Mejor no analizar el precio de las alcachofas que en promedio está en Bs. 10.00 cada unidad y el queso muzarella ha subido desde el gasolinazo en 14,9%. En cuanto al postre, la tableta de chocolate se ha incrementado en 17,7% y los plátanos que la acompañan en 12,2%. Ni qué decir del café molido que tiene un incremento sostenido del precio en el orden del 34,5%.

Lo cierto es que mi adicción a los números y el menú pensado para festejar la culminación del 2011 y la bienvenida del 2012 refleja una inflación superior a lo pensado. Por tanto, necesito un nuevo menú para fin de año. De continuar así, no sólo tendré que abstenerme de algunos antojos y cambiar mis hábitos de consumo; lastimosamente, tendré que renunciar a los festejos de Carnaval y sólo consumir fideo (que por cierto tiene una tasa inflacionaria de 7,1% hasta el momento).

La Razón – La Paz