El vice “espantapájaros”

SCARECROW El proceso de cambio es una farsa y el vicepresidente Álvaro García Linera un espantapájaros. Estas afirmaciones no provienen de algún recalcitrante opositor de “derecha”, sino de una serie de personajes que hasta poco tiempo atrás formaron parte del gobierno de Evo Morales.

Se trata del ex viceministro de tierras, Alejandro Almaraz; el ex embajador de Bolivia en Estados Unidos, Gustavo Guzmán; el dirigente de la denominada “guerra del agua”, Oscar Olivera; además de Roberto Fernández Terán, Pablo Regalsky y Omar Fernández.

En un documento donde contestan a los ataques vertidos contra ellos por el vicepresidente en el libro titulado “El oenegeísmo, enfermedad infantil del derechismo”, los ex masistas critican agriamente a la administración evista, poniendo en evidencia la profundidad de la crisis que atraviesa el proyecto político cocalero.



“El proceso de cambio se ha convertido en una mascarada, es decir, en una farsa”, señala el pronunciamiento, agregando que “la gran mayoría del pueblo se encuentra básicamente en la misma situación de pobreza, precariedad y angustia en la que estuvo siempre, y pareciera que a los que mejor les ha ido es a los que siempre les fue bien: los banqueros, las transnacionales petroleras y mineras, los contrabandistas y los narcotraficantes”.

En su polémica personal con el segundo mandatario, los disidentes califican a García Linera de “obsecuente servidor de Evo Morales” y prevén que acabará “en algún recodo de la historia” con la imagen de “un triste espantapájaros”.

Por si fuera poco, acusan al vice de “ignorante”, así como de “perder aplomo, seriedad y altura” e incurrir en “penosas incoherencias” y en “viejas y nuevas mentiras”.

Sobre el mote de “oenegeístas” esgrimido por García contra los nuevos críticos, le recuerdan que “gran parte de las autoridades de su gobierno -incluyendo al núcleo del actual gabinete- provinieron de ONG´s”.

Tardía lucidez la de estos ex integrantes del staff evista, que curiosamente no tuvieron mientras fueron parte del primer gobierno de Morales (recordemos, de paso, las confrontaciones violentas generadas por la política de expropiación agraria de Almaraz, o las acusaciones contra Omar Fernández en el caso de Cristian Urresti).

El valor de su pronunciamiento no está, por lo tanto, en que pueda arrojar luz alguna sobre la orientación que deba seguir el país en un futuro cercano, sino como testimonio de la mentira que ha asolado a la república, de boca de algunos ex protagonistas del engaño…

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