Chapare. Narcos instalan dos fábricas por cada una que se destruye

Coca. "Las fábricas de droga que son destruidas en la mañana, son reinstaladas por los narcotraficantes en el mismo día, preferentemente por la noche".

Este testimonio, de un sargento de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar), da cuenta de la situación de alto riesgo que existe en el Valle de Sacta, en la zona tropical del Chapare, a 270 kilómetros de Cochabamba.

imageDos policías de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar), armados con fusiles M-16, vigilan y brindan seguridad a la comisión que ingresó al Valle de Sacta, desde una “montaña” de coca macerada.



Este fundo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) se ha convertido en un refugio para los narcotraficantes que operan en el Chapare. Clanes que se dedican a la elaboración de pasta base de cocaína instalan fábricas móviles de droga en un par de horas, elaboran el estupefaciente y abandonan el lugar. En el sitio quedan solamente rastros de comida, coca macerada y contaminación.

Bidones de plástico desparramados en áreas extensas, ollas de aluminio, platos desechables, linternas, bolsas de yute, canoas sumergidas en el agua son algunos de los rastros que atestiguan que la actividad del narcotráfico se ha intensificado en este extenso predio de la UMSS que abarca a 6.667 hectáreas en la localidad de Isarzama.

El fiscal de sustancias controladas, Marco Antonio Gálvez, es más contundente. Asegura que cada vez que los policías de Umopar destruyen un laboratorio, "al momento de abandonar el lugar, vuelven las personas dedicadas al narcotráfico y reinstalan nuevamente las fábricas móviles de droga.

"El narcotráfico nos lleva dos pasos adelante. Nosotros damos uno y ellos dan dos", admite el fiscal.

OPINIÓN acompañó este jueves a una comisión de fiscales, autoridades de la Universidad y policías de Umopar que buscaba verificar la existencia de factorías de droga en este predio de la Casa Superior de Estudios.

A media hora de haberse iniciado la inspección, los policías de Umopar hallaron una fábrica de pasta base, la cual había sido abandonada veinte minutos antes de la llegada de la comisión.

En el lugar se encontró comida recién preparada: fideo en una olla de aluminio, zanahoria pelada, tomate y otros ingredientes. Sobre una tela se halló además un paño y rastros de pasta base de cocaína.

Es difícil controlar todo

Es muy difícil que sólo la Universidad se encargue de la protección del Valle de Sacta.

Lo que más nos preocupa es la existencia de fábricas de droga. Tenemos proyectos para implementar en el Valle de Sacta, pero por la extensión del terreno, cualquier plan es insuficiente.

Valle de Sacta no es un terreno para producción agrícola, sino para la preservación de la flora y la fauna. En otros terrenos aledaños se produce alimentos y hay más control contra el narcotráfico.

La Universidad tiene en el Valle de Sacta proyectos de formación académica y de investigación. Contamos con varias carreras desconcentradas que ocupan un pequeño espacio de todo el terreno.

En investigación tenemos los criaderos de peces (tilapia) y la crianza de búfalos.

Destruyen tres cada día

El sargento Franz Andia de Umopar asegura que cada día se encuentra como promedio tres fábricas de droga.

La gran extensión de este fundo hace que sea "imposible" controlar la actividad del narcotráfico en esta área, admiten fiscales, autoridades de la Casa Superior de Estudios y policías de Umopar.

Algunas de las zonas más utilizadas en el Valle de Sacta, según dos policías de Umopar, son laguna Prohibida, laguna Ukuku y las orillas de los ríos que bordean la propiedad.

Según explicación del sargento Andia, los narcotraficantes instalan las factorías de droga cerca del río, a 50 metros, porque requieren de agua para la elaboración de la pasta base de cocaína.

En época de estiaje, los narcotraficantes optan por instalar las factorías de droga monte adentro. Y para abastecerse de agua proceden a cavar pozos, hasta de seis metros de profundidad.

Utilizan celulares y centinelas para escapar y evitar ser detenidos

Detener a los narcotraficantes que operan en el Valle de Sacta es una tarea casi imposible debido al sistema de comunicación que éstos utilizan para alertarse sobre la presencia policial en la zona, admiten efectivos de Umopar entrevistados por este diario.

Un sargento y un cabo de esta unidad explican que los narcotraficantes tienen "campanas" (personas que vigilan y dan la voz de alerta) para advertir cuando los umopares salen en operativos hacia las zonas donde se instalan las fábricas de droga.

Según la explicación de uno de los oficiales, cuando las patrullas salen del cuartel de Chimoré, una o dos personas observan el movimiento de los policías, y alertan a sus cómplices.

"Es increíble, pero cuando salimos del cuartel, los narcotraficantes saben cuántos policías vamos en patrullaje, en cuántos vehículos y con cuántas lanchas", asegura un sargento de esta unidad de élite.

En el momento en el que las patrullas están a punto de llegar al Valle de Sacta, otras personas que hacen de centinelas avisan mediante celulares a los narcotraficantes para que alisten la huida.

Algunas personas que trabajan con los narcotraficantes simulan ser pescadores, según la explicación de los oficiales, y cuando advierten la presencia de los policías cerca del río que circunda la propiedad de la Universidad, llaman por celular a los narcotraficantes para que guarden la droga y escapen del lugar.

Los policías de Umopar proceden a quemar las fábricas de pasta base de cocaína, recorren la zona hasta en 20 kilómetros cada día y retornan a su base de operaciones.

Doce horas después, los narcotraficantes retornan con precursores, coca y su equipamiento para montar nuevas fábricas.

"Ya sabemos que van a volver, a la misma fábrica. Pero cuando nosotros regresamos, ellos escapan por el río, cuando incursionamos por el monte; y por el monte cuando nos deslizamos por el agua", asegura el sargento de Umopar.

Algunos centinelas de los narcotraficantes simplemente se van nadando por el río y cruzan hasta el otro extremo.

TAREA ARDUA La fiscal Claudia Mancilla reconoce que los narcotraficantes reinstalan las fábricas de droga apenas los efectivos de Umopar las destruyen, por lo que es una lucha bastante ardua.

La Fiscal confirma que los narcotraficantes se comunican con celulares desde el momento en el que las patrullas de Umopar salen desde el cuartel de Chimoré y cuando ingresan al pueblo de Isarzama.

"Entonces esta gente se escapa", advierte.

Mancilla afirma que por la gran extensión del Valle de Sacta "es inhumanamente” imposible tener un control diario de la zona. Para ingresar al lugar existen un sinfín de sendas, las cuales son utilizadas por los narcotraficantes para escapar de los policías de Umopar.

La Fiscalía aprehendió a dos personas en el Valle de Sacta que ahora están siendo procesadas.

"Pero, como la comunicación es muy fluida es difícil encontrar a la gente en esta zona", afirma la fiscal Mancilla.

Los narcotraficantes utilizan coca molida (no requieren pisacocas) la que es mezclada con los precursores en un pozo y se obtiene la pasta base de cocaína.

La Fiscal explica que el Valle de Sacta es una zona que es constantemente controlada por Umopar, por medio de operativos, y que tiene como resultado la destrucción de decenas de fábricas cada mes.

Mancilla explica que las fábricas móviles que instalan los narcotraficantes no requieren de mucha gente (cuatro o cinco) y logran la elaboración de tres kilos de pasta base de cocaína en cuatro horas.

"Por eso cuando llegamos, en la mayor parte de los casos, las fábricas están abandonadas", afirma.

La Fiscal exhorta a la población a denunciar cualquier actividad de narcotráfico en la zona, y asegura que sus identidades serán protegidas.

Los narcos nos llevan la delantera

En noviembre de 2011, se han destruido 56 fábricas de droga en 35 operativos; en diciembre se realizaron 39 operativos y se desbarataron 58 factorías.

Y en el mes de enero de 2012, se ejecutaron 28 operativos y se desmantelaron 32 fábricas de droga.

Los narcotraficantes instalan fábricas móviles en el monte, cerca de los ríos, donde elaboran pasta base de cocaína en cuatro a cinco horas, después abandonan la zona.

Se están emprendiendo todas las políticas y acciones contra el narcotráfico (en el Valle de Sacta), pero lamentablemente el narcotráfico nos lleva dos pasos por delante.

La tarea de los efectivos de Umopar es ingresar todos los días en patrullajes y destruir las fábricas que se hallan en el Valle de Sacta.

Fuente: Opinión, Cochabamba