El ejemplo de las primarias venezolanas

MUD Candidatos_0 Este domingo, el pueblo venezolano acudió a las urnas para definir un candidato de unidad que haga frente a Hugo Chávez en los comicios nacionales de octubre. La experiencia es de interés para Bolivia, porque podría mostrar un camino unificador para una oposición dispersa y faccionalizada.

Las elecciones primarias de Venezuela reunieron a una veintena de partidos de casi todo el arco ideológico, desde el centro-derecha a la centro-izquierda, en la denominada Mesa de Unidad Democrática (MUD), y convocaron a una alta participación ciudadana.

Más de 40 veedores internacionales, entre los que se cuentan varios bolivianos, han observado el proceso electoral, pudiendo interiorizarse con los mecanismos formales de la votación.



Sin duda, el candidato presidencial que salga de estos comicios tendrá una fuerza política mucho mayor que la de los anteriores adversarios de Chávez, ampliando las probabilidades de vencer al autoritario coronel.

Para llegar a esta instancia de unidad, la oposición venezolana pasó antes por un largo via crucis de fragmentación y enfrentamientos entre partidos, historia bastante similar a la vivida en Bolivia.

De hecho, la existencia de partidos de oposición débiles ha sido uno de los elementos constitutivos del modelo de la ALBA. O como dijera la periodista norteamericana Helen Thomas, la fórmula ha sido “gobiernos abusivos y oposiciones torpes”.

En ambos países, la división se produjo tanto por los errores estratégicos y las claudicaciones frente al proyecto autoritario, que generaron legítimas disidencias, como por una política de intoxicación promovida desde las maquinarias de inteligencia y propaganda de los gobiernos, que amplificó diferencias y sembró desconfianzas mediante una técnica similar a la empleada por los servicios cubanos con el exilio de Miami, fragmentado en facciones contrapuestas.

Luego de un aprendizaje doloroso, los demócratas venezolanos encontraron la manera de unirse, ya no por simples acuerdos cupulares sino por la decisión popular.

En Bolivia, donde la costumbre de formar apresuradas alianzas opositoras tres meses antes de las elecciones ha sido funcional a la hegemonía del MAS, el mecanismo de las primarias podría ser el camino para la creación de un instrumento de unidad más sólido y duradero.

Junto a la democracia orgánica que representan las elecciones internas, el segundo pilar deberá ser una plataforma ideológico-programática como factor aglutinador, en lugar de la mera adhesión a los caudillos…

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