Humillado y atropellado en Brasil

El Inter brasileño aplastó anoche (5-0) a un The Strongest sin voluntad, le arrebató el primer lugar del Grupo 1 de la Libertadores de América y de no haberse otorgado algunos “descansos” pudo haberle convertido unos cuantos más, sobre todo porque el cuadro boliviano se mostró débil, desarmado e infinitamente inferior colectiva e individualmente. Lo que menos sabe hacer el Tigre es defenderse, es un equipo al que le hacen goles en todos los partidos y a pesar de ello la apuesta inicial fue defensiva, con mucha gente de marca, y no le sirvió, se derrumbó de entrada con el gol de Dagoberto en posición adelantada, a los 4 minutos; y otro de Leandro Damiao a los 7, decretando así de temprano al ganador.

A partir de ahí ya se temía lo peor, la goleada, y es que era cuestión de esperarla sobre todo por la forma cómo estaba parado The Strongest. Finalmente se desató en el segundo periodo; pero a veces hay equipos que también reciben cinco y a pesar de ello pueden decir que lo dieron todo en la cancha, que lucharon y que finalmente el rival fue superior. No es el caso del conjunto atigrado: no hubo en sus líneas ni lucha ni garra, menos se le podía pedir fútbol. De dos pases que hacía, uno le salía mal, de paso se regaló en el medio sector sin contener nada y peor atrás, con postulantes por doquier —empezando por Marchesini— al premio del “peor jugador del partido”. Ya se sabía que el Inter era superior, lo que no se sabía era que The Strongest le iba a facilitar las cosas (para qué decir algo sobre opciones de ataque del gualdinegro si no llegó casi nunca al área contraria).

El cuadro brasileño metió esos dos tantos antes de que se cumplieran los 10 minutos y se echó a dormir por largo rato, a manejar la pelota de un lado para otro sin proponer más ataques, entonces el resto de la primera mitad, entre un equipo que ya no quería y otro que no podía, se hizo aburrido. La segunda parte se salvó por los goles y unas cuantas demostraciones de buen juego de parte del Inter, que anotó tres más (dos de Leandro Damiao, a los 56’ y 73’, y uno de Jo, a los 81’), logrando una importante cosecha por si hay algún cupo que tiene que definirse por gol diferencia. The Strongest no fue el aguerrido que en Miraflores dio vuelta el marcador —ante el Santos y el Áurich— dos veces. Ni siquiera hizo fuerza. Y parece que tampoco tuvo corazón de Tigre.



Fuente: ATB.

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