La salud en terapia intensiva

El paro indefinido de los trabajadores de la salud ha puesto en el tapete la difícil realidad del sector. El detonante del conflicto es la pretensión del gobierno de imponer el “horario Evo” de ocho horas a los médicos, sólo que sin pagar el aumento de tiempo laboral.Por debajo de esto, asoman graves problemas estructurales en la salud pública boliviana. Para comenzar, la administración evista apenas destina a salud y educación un magro 11% del Presupuesto General del Estado, mientras que los ministerios de Defensa y Gobierno absorben el 49%.Dato por demás revelador, que muestra claramente cuán poco prioritaria es la salud para el régimen cocalero.Otra de las claves para entender los problemas del sistema de sanidad pública es el alto grado de centralización que impera en el mismo, por el cual los ítems de todos los centros hospitalarios del país son decididos desde una oficina en la ciudad de La Paz, ocasionando que muchas veces la asignación no guarde relación con la realidad y las necesidades de las distintas poblaciones.Volviendo al tema presupuestario, vale recordar que lo gastado en el lujoso avión presidencial (36 millones de dólares) equivale aproximadamente al monto destinado anualmente a la salud pública. Es decir, que habría bastado con no comprarlo para duplicar el presupuesto de sanidad por un año.Respecto a la situación de los médicos y otros trabajadores del sector, cabe precisar que si éstos cumplían una jornada de seis horas era en compensación por estar excluidos de la Ley General de Trabajo, lo que implica que no gozaban de una serie de beneficios habituales.En definitiva, el “horario Evo” no es otra cosa que una medida demagógica con la que se busca ocultar la ausencia de una verdadera política de salud en la presente administración…[email protected]