Vox Populi, Vox Dei

Fernando MolinaUna ola de linchamientos y saqueos remece Bolivia. Después del estrangulamiento de una pareja de hermanos en El Alto, aparentemente para robarles, se ha producido una serie de ataques de vecinos de esta ciudad contra las viviendas de quienes se sospecha como delincuentes, así como múltiples agresiones contra jóvenes que deambulan por las calles en la noche. En Bolivia continúa vigente la ancestral tradición de hacer justicia por mano propia, que parece desaparecer por un periodo, pero que luego rebrota y da lugar a episodios horribles, cuya forma predilecta es el linchamiento de los supuestos delincuentes.A los linchados más recientes se los convirtió en piras humanas; otros antes fueron abatidos a golpes, mutilados con cuchillos, apedreados hasta morir. Un caso singularmente espantoso ocurrió hace apenas una semana, aunque sin vinculación con los sucesos de El Alto. En Quila Quila, un villorrio altiplánico, dos hombres que probablemente estaban tratando de llevarse los cuadros coloniales que se guardan en la pequeña iglesia, fueron descubiertos y, acto seguido, enterrados vivos’ La Policía sólo pudo exhumar los cadáveres luego de una larga negociación con la comunidad y de comprometerse a no detener a nadie por el crimen, lo que indica que éste fue colectivo. Los policías encontraron que los hombres habían muerto por asfixia. Ninguno de los pobladores tuvo el gesto mínimamente exigible, desde una perspectiva racional, incluso a los peores asesinos: eliminar a las víctimas de forma expedita, para evitarles un sufrimiento tal que sólo pensarlo como medio de punición parece incompatible con la condición humana.Pero la perspectiva racional resulta, aquí, impertinente. Los linchamientos son otra cosa o, al menos, son mucho más que un medio bárbaro para resolver un problema social. Y en ellos no se expresa algo radicalmente extraño al hombre, un “demonio”, sino una aspiración muy propia de nuestra especie y su cultura: el deseo fanático de pureza. La multitud obra movida por un odio abrasador, despiadado, y, al mismo tiempo, en nombre de la virtud y, en consecuencia, de Dios. Asume una misión sagrada: anonadar a los malvados. Por esto se siente justificada de antemano, sin importar qué llegue a hacer. El rito es siempre el mismo: con la sangre de los linchados, estos “chivos expiatorios”, se lava y previene el pecado (avaricia, blasfemia) y, al mismo tiempo, se reafirma la primacía del grupo y sus leyes. De ahí que casi siempre los linchados sean forasteros, a quienes es más sencillo suponer perversos.En cualquier linchamiento, la multitud se identifica con un dios iracundo y actúa en nombre de él. Es la otra cara de la historia que encontramos, por ejemplo, en el “Libro de Job”, según la cual Dios, que ha condenado a un hombre, se encarna en la turba que cumple su voluntad. De lo que se sigue que vox populi, vox Dei. Desde la perspectiva de Job, dice René Girard, se trata de “todos contra uno”. Y esto es tan abrumador para este “uno” que, en efecto, para él equivale a la Providencia. La identificación entre masas y justicia providencial, que se encuentra desde el comienzo de la historia, ha tenido largas e importantes consecuencias políticas. Hoy mismo Bolivia está dominada por un pensamiento de este tipo, que cabe considerar “político-religioso”. Por eso nunca vimos al Estado boliviano tan inerme frente a los linchamientos como lo vemos ahora. ¿Acaso le sería posible investigar y sancionar a los “ejércitos celestiales”, a las “muchedumbres de ángeles” que traen la justicia a la tierra? Por la misma lógica, el Estado también aparece más débil que nunca frente al descontrol de los conflictos sociales que, coincidentemente, ha vuelto a azotar al país. Un Gobierno que se declara representante de la multitud sólo puede ser ineficiente cuando ésta desata su furia. La “fe en las masas” se convierte en paradoja inhabilitante cuando se descubre que ese dios de muchas cabezas, exaltado aun más por el culto que se le ha profesado, embiste contra su templo y sus propios sacerdotes.Página Siete – La Paz