La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CNDH), “organizaciones de la sociedad civil miembros de la Federación Interamericana de Derechos Humanos (FIDH) que participamos en la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos expresamos nuestra profunda inquietud por la pretensión de algunos gobiernos de restringir y debilitar al Sistema Interamericano de Derechos Humanos desconociendo los aportes y avances logrados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte en materia de protección a víctimas de violaciones de sus derechos, especialmente en épocas de dictadura”, señala un comunicado conjunto de esas entidades.
“La contribución de la CIDH en el fortalecimiento de la democracia en las Américas y el acompañamiento a los Estados mediante las relatorías y otros mecanismos para la afectiva promoción y vigencia de los Derechos Humanos son considerados por nuestras organizaciones como la última esperanza ante la insuficiencia e ineficacia de la jurisdicción interna de los estados, acciones que le corresponde prioritariamente a los estados resguardarlos.
Nos llama la atención que justamente los organismos que le dan renombre y relevancia a la OEA sean objeto de ataques y cuestionamientos a las tareas encomendadas por tratados internacionales ratificadas libre y voluntariamente por los Estados.
Recordamos que los Derechos Humanos son prerrogativas que tienen todas las personas para limitar el poder de los estados o grupos de poder que atentan contra los derechos humanos, ya sea por omisión o acción y que cualquier limitación a su independencia y autonomía de la CIDH constituye un peligroso retroceso a lo logrado en la región.
Invocamos a los gobiernos democráticos honrar la confianza depositada en ellos por sus pueblos; dejando de lado intereses coyunturales e interferencias en la legitimidad de la CIDH y relevar el espíritu de servicio que realiza mediante el escrutinio transparente y de significativo valor en bien del continente.
Los estados miembros de la OEA se caracterizan en buena medida, por debilidades e imperfecciones en el funcionamiento de sus democracias y en ostentar avergonzantemente los índices de mayor desigualdad, inequidad y la exclusión en el mundo, pretender que en Bolivia y Nicaragua la situación es diferente, es ilusoria. Por lo tanto; es trascendental ampliar organismos protectores de derechos humanos y perfeccionar las existentes ampliando, descentralizando y ajustando sus competencias, dándoles los recursos y la independencia necesaria para lograr la razón de ser del sistema interamericano, que es promover la observancia y la defensa de los Derechos Humanos en las Américas”.