Hoy, el Presidente boliviano, Evo Morales, estará en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), en Roma, donde será distinguido como embajador especial de la quinua. El periplo continuará con una visita a la ciudad holandesa de Venlo, para asistir a una feria internacional de horticultura y una entrevista a radio Nederlands, informó hoy el portal chileno latercera.com
Foto de archivo del presidente de Bolivia, Evo Morales.
Más allá de esta distendida agenda, el viaje del mandatario será uno de los principales focos de interés para la Cancillería chilena durante la semana que comienza. Esto, pues de acuerdo con información que manejan altas fuentes del Ejecutivo chileno, Morales planea visitar La Haya durante su periplo.
En diciembre de 2011, el gobernante paceño había anunciado que en febrero de este año visitaría la Corte Internacional de Justicia -la misma donde Perú interpuso su demanda limítrofe contra Chile- para recopilar “algunas informaciones, algunos procedimientos”, según explicó, que le permitieran preparar una acción judicial contra Santiago con miras a obtener una salida al mar con soberanía. Sin embargo, dicho viaje fue cancelado.
Hasta ahora, la información oficial entregada por la Cancillería paceña sólo se ha limitado a detallar que Morales estará en el encuentro de la FAO y en la feria de Venlo, ciudad ubicada a 200 km de La Haya. Ayer, desde La Paz, decían que “otros puntos en agenda están sólo en conocimiento del presidente”.
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Sin embargo, fuentes diplomáticas de la región y de la Cancillería chilena tienen información de que Morales concretará su viaje anunciado en diciembre pasado.
El periplo, en todo caso, es visto en Chile como una ofensiva más comunicacional, que apunta a contrarrestar el fuerte revés que sufrió Morales en la Asamblea General de la OEA, el martes pasado en Cochabamba. Ahí, el mandatario boliviano esperaba obtener respaldo de los otros países en su aspiración de salida al mar. Sin embargo, la amplia mayoría pidió que el tema fuera abordado de manera “bilateral”, solamente entre Bolivia y Chile. Y el canciller chileno, Alfredo Moreno, rechazó enérgicamente la petición paceña de “renegociar” el tratado limítrofe de 1904.
Además, horas antes de comenzar dicha cita, el mandatario boliviano dio una fuerte señal de que estaba abandonando la idea que él mismo había lanzado en 2011 de demandar a Chile. En una rueda de prensa realizada ese día en Cochabamba, Morales indicó que “más que la posibilidad de una demanda judicial, tengo más confianza en el diálogo multilateral”. “Hay que reconocer que no ha sido tan sencillo preparar una demanda”, agregó en esa oportunidad.
Ya el 13 de junio del año pasado, Morales había sostenido una reunión con ocho ex cancilleres de su país, quienes le hicieron ver su desacuerdo y la falta de elementos jurídicos que justificaran su anuncio de interponer una demanda contra Chile ante cortes internacionales.
En este escenario, el análisis que existe en Santiago es que la visita a La Haya -junto con dar una señal de dureza hacia Santiago- busca “matizar” las palabras de Morales y reafirmar la idea de que tras la derrota en la OEA y ante el escaso apoyo político en la región para forzar una negociación, la alternativa de una demanda no está cerrada.
Esto, además de enfrentar las fuertes críticas que ha recibido Palacio Quemado tras el revés en la OEA, críticas que han venido tanto desde la oposición como del oficialismo. Tras la reunión en Cochabamba, algunos parlamentarios del MAS -partido de Morales- lanzaron su foco contra la Dirección de Reivindicación Marítima, creada el año pasado para preparar la demanda contra Chile. De hecho, los legisladores bolivianos pidieron citar al Congreso a su jefe, el abogado Juan Lanchipa.
Ante este escenario, fue el propio Morales quien dejó el escenario abierto el viernes. “Sigue vigente (la demanda). No descartamos acudir a los tribunales internacionales”, señaló.
Fuente: latercera.com, Opinión, Cochabamba