El refrán popular dice que “la mentira tiene patas cortas”. Agregaremos que la demagogia también. En este caso, la demagogia marítima practicada por Evo Morales, quien poco tiempo atrás exhortó falazmente a la Armada boliviana a “prepararse para recuperar el mar”.Lo cierto es que ese objetivo aparece hoy día más lejano que nunca, debido tanto a la ausencia de una estrategia realista y viable en el tema como a los errores y torpezas gubernamentales acumulados en los últimos tiempos.Después de utilizar políticamente la cuestión marítima durante un año y medio (buscando vanamente una recuperación de la imagen presidencial tras el “gasolinazo” de diciembre de 2010), ahora Morales descubre que “no había sido tan sencilla” una demanda contra Chile en tribunales internacionales.Y luego del traspié sufrido en la Cumbre de la OEA en Tiquipaya, donde el gobierno recibió un unánime “No” a su proyecto de resolución respecto al mar, el presidente declara su impotencia diciendo que “La resolución del año 1.979 es lo máximo, ¿qué más podemos conseguir?”.Mientras la administración evista ve derrumbarse su manejo demagógico del tema, Bolivia ve pasar la oportunidad histórica para ser parte del bloque emergente de economías latinoamericanas que gravitan sobre el Océano Pacífico.En efecto, los gobiernos de México, Colombia, Chile y Perú acaban de suscribir la creación de la “Alianza del Pacífico”, que desde su fundación será el noveno bloque comercial del mundo, con fuertes posibilidades de convertirse en la región líder de América Latina.En vez de tanto discurso inútil y de engatusar a las Fuerzas Armadas, habría sido preferible para el interés nacional una negociación pragmática y con visión de futuro para asegurarle a Bolivia un rol en el naciente bloque del Pacífico…[email protected]