Embestida del gobierno y extravíos locales

Emilio Martínez

PACTO Cierto que estamos ante una nueva arremetida del “proceso destituyente” iniciado por el gobierno en el 2008, que desde entonces separó de sus cargos a los prefectos o gobernadores de oposición Manfred Reyes Villa, José Luis Paredes, Leopoldo Fernández, Mario Cossío y Ernesto Suárez, además de varios alcaldes.

Éste es el contexto macro en la aparente intención de suspender a Rubén Costas. Pero el análisis queda cojo y manco si no vemos al mismo tiempo una serie de falencias en el liderazgo local, problemas no atribuibles al régimen imperante a nivel nacional sino a ciertos extravíos endógenos.



Para empezar, cuesta comprender que Costas, judicializado por el gobierno, no esté aliado con los “concejales rebeldes” que se encuentran en la misma situación, sino con Desirée Bravo, sobreseída por la justicia en momentos en que se consolida la alianza Percy-MAS en el municipio cruceño, entente que parece contarla entre sus filas.

¿Se apuesta al pacto con el gobierno central para evitar la suspensión? ¿Se entregarían nuevas cuotas de poder al MAS en la Gobernación, siguiendo el “modelo” de la Alcaldía?

Y decimos nuevas, porque días atrás veíamos en TV al ex secretario de seguridad ciudadana de la Gobernación durante el primer periodo de Costas, Jorge Aldunate, coordinando la toma de la CIDOB por la dirigencia paralela pro-gubernamental, todos con cintillos en los brazos similares a los utilizados durante el operativo de Porvenir.

Otro dato que apunta en el mismo sentido es el pacto entre el oficialismo y Verdes en Buena Vista, que ratificó en el cargo al alcalde interino, el masista René Vargas.

Cuesta entender, también, por qué el gobernador insiste en atacar a otros líderes autonomistas tildándolos de “radicales” y “teóricos”, cuando debería estar dando señales de unidad.

Lo que sí se comprende es la intención de utilizar las concentraciones cívicas para el lanzamiento de un proyecto partidario a nivel nacional, a manera de salvavidas político personal del gobernador. Algo que ha llevado a varios actores, como el comentarista Carlos Valverde, que llamaron a participar en el primer acto, a advertir que no se prestarán para el segundo.

Una anécdota para terminar: los stickers con consignas caudillistas pegados por los partidarios de Costas en las movilidades -con o sin consentimiento de los conductores-, han ido cambiando de color con el paso de los días, pasando del verde a un azul muy similar al usado por el partido de gobierno.