El aumento de la acción de organizaciones narcotraficantes internacionales dio lugar a que el principal organismo de lucha contra estas bandas regrese a nuestro país luego de 15 años.
La Administración de Drogas y Narcóticos de Estados Unidos (DEA) volverá a instalarse en Uruguay, luego de dejar el país en 1994, confirmaron a El Observador fuentes de la Brigada Antidrogas.
Este jueves el semanario Búsqueda informa que su regreso luego de 15 años se debe al aumento de operaciones de narcotráfico desarrolladas por organizaciones internacionales en el territorio nacional. Para volver debió pedir permiso hace tres años al Congreso de Estados Unidos, se explicó al semanario desde el Ministerio del Interior.
“La DEA considera que en Uruguay hay cada vez más presencia de organizaciones vinculadas al narcotráfico internacional. Nunca se instala en un país por nada”, se informó.
La DEA cerró sus oficinas en Uruguay en 1994 por considerar que las operaciones contra el narcotráfico en nuestro país “eran pocas” y la actividad de grupos criminales extranjeros parecía escasa. “El país no se veía como una plaza fuerte”, agregó una fuente.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Pero con el paso de los años, la situación cambió. Según cifras que recoge Búsqueda, entre 2005 y 2011, la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas del Ministerio del Interior incautó 2.814.229 kilos de cocaína, de los cuales 2.367.229 estaban en manos de organizaciones criminales vinculadas al “tráfico internacional” y 447.706 pertenecían a grupos que abastecen el “mercado interno”.
Para la DEA los países del Cono Sur (Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay) son “lugares de tránsito” de cargamentos de diversas drogas como cocaína, pasta base y heroína, para ser enviados a Europa y Estados Unidos.
Desde el Ministerio del Interior se espera que su presencia en el país tenga “impacto psicológico en las organizaciones internacionales porque implica que la DEA está más atenta a lo que pase aquí”, adelantaron las fuentes.
El Observador – Montevideo