Carlos Miranda Pacheco
Al cumplirse el 50 aniversario de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), el señor Presidente expresó su extrañeza por la ausencia del empresariado nacional en el proceso de industrialización de los hidrocarburos y dijo:
“Estamos invirtiendo en tema industrialización. Quisiera que la ejecución de estas grandes obras esté en manos de empresarios bolivianos”.
Lamentablemente no continuó la observación con frases que de rigor son esperadas en estas ocasiones, indicando y/o prometiendo facilidades que se brindarán al empresariado nacional para que juegue el rol que desea su Gobierno.
YPFB Corporación ha contratado la construcción de una planta de fertilizantes “llave en mano”, con un crédito del Banco Central de Bolivia, utilizando las reservas del país. No se conocen los términos del contrato pero deben ser muy concesionales. Conforme se sabe, el 90% de la producción deberá ser exportada y que los posibles mercados serían Brasil y Argentina, y como ubicación para la planta se ha escogido el Chapare. Lamentable mala ubicación. No sólo sería difícil mantener un flujo de casi 2.000 toneladas por día de exportación, sino que además el flete será más o menos 50 dólares por tonelada a cualquiera de nuestras fronteras.
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Lo correcto sería instalar esa planta en Puerto Suárez. El gas sería provisto del gasoducto de exportación. Las ventas serían entregadas al sistema de transporte brasileño y por la hidrovía para Argentina. Más aun, no se sabe si se tienen contratos de compra ya ratificados y/o acordados o se espera poder introducir nuestra futura producción en términos competitivos. Para ambos casos, estaríamos penalizando el precio de nuestra producción con más o menos 25% del precio de venta por el transporte. Los ingresos por exportación constituyen las fuentes de pago para cualquier crédito. Con estas condiciones el empresariado nacional no hubiera podido obtener ningún financiamiento de la banca comercial o de instituciones internacionales para poder participar en el proyecto.
Pero la extrañeza de su excelencia no se limita a la no participación del empresariado nacional en el establecimiento de plantas industrializadoras de gas, se extiende inclusive a la ausencia del empresariado nacional en la construcción de las plantas. Acá una aclaración. Las empresas bolivianas de construcción petrolera no tienen las dimensiones ni el historial para pretender obtener el contrato con YPFB, siendo éste “llave en mano” como lo pide YPFB. Estas empresas bolivianas son de excelente comportamiento y con récord impecable de calidad y cumplimiento de trabajos en tiempos acordados. La mayor demostración de lo anterior constituye su rendimiento en la construcción de la planta de Margarita. Podemos estar seguros de que cuando Samsung inicie la construcción estarán presentes como subcontratistas.
Lo anterior sólo para intentar aclarar sobre las preocupaciones anotadas. Lo que no debemos perder de vista es la importante expresión por su excelencia en esa reunión: “Que nuestros empresarios sean prestadores de servicios, pero también socios del Estado Plurinacional”. Lo anterior no es un desafío, como algunos lo han interpretado, sino más bien prefiero pensar que es una expresión propositiva al empresariado nacional.
De lograrse, constituiría un giro muy importante en nuestra industria. La participación privada podría ser un factor importante para lograr que los proyectos que se acometan sean más rigorosamente estructurados. Constituirían el “toque privado” al cual se le atribuye gran parte del éxito de Petrobras. En cierto modo, una garantía que no se gasten fondos nacionales en “cajas negras”.
Por otro lado, la industrialización de los hidrocarburos, gas en nuestro caso, nos conduce inevitablemente a la petroquímica. La última plataforma de la industria petrolera, altamente rentable pero también terriblemente competitiva.
En otros países, el éxito del inicio de esta actividad ha requerido un esfuerzo conjunto de Estado y empresas.
Finalmente, ese giro de apertura del Gobierno parecería ser muy oportuno, justo ahora que se está revisando la Ley de Hidrocarburos y preparando una nueva Ley de Inversiones.
Página Siete – La Paz