Manfredo Kempff Suárez
Un periodista amigo comentaba en una nota reciente, que en la entrada al recinto de la Asamblea Legislativa Departamental de Chuquisaca, hay un cartel que señala: “Salon de Cesiones”. Como se puede advertir hay dos errores ortográficos en tres palabras; “salon” sin acento y “cesiones” en vez de sesiones. Es decir que en ese augusto hemiciclo donde se elaboran las leyes, no se sesiona sino que se cede, se “renuncia de algo…a favor de otra persona”.
Sin embargo, en el salón de sesiones en Sucre, no hubo cesión de nada a favor de nadie, sino que un asambleísta de apellido Alcibia en completo estado de embriaguez se tomó la libertad de fornicar, sin preguntarle si lo deseaba, con una trabajadora de la Asamblea, encargada de la limpieza, ebria también. Todo esto, presuntamente, como es bueno aclarar.
Lo que está escrito en la entrada del salón de sesiones está ahí y no hay nada qué hacer, salvo que algún letrado lo corrija. Y lo que expresó telefónicamente a la prensa el señor asambleísta Alcibia es digno de mención. Dijo: “…pero ni siquiera es violación, yo estaba indeciso de borracho, no recuerdo nada. Estaba tan flagrante de borracho, (que) ni siquiera me acuerdo”. Una pieza de antología para enmudecer.
Lo que seguramente quiso decir este feliz mortal es que estaba insulso de borracho, no indeciso porque estaba decidido a levantarle la pollera a la ciudadana barrendera, como se ve claramente en el video hecho público. En cuanto a “flagrante de borracho”, no hay mayores dudas ni se necesitan pruebas, porque fue sorprendido “en el mismo momento de estar cometiendo un delito…”.
Ahora habrá que esperar que los fiscales encargados del caso actúen mejor que en otras oportunidades y que su picardía en la interpretación de las leyes no se sume al mal sabor que ha dejado la Asamblea chuquisaqueña, digna de mucho mejor suerte por los antecedentes de ilustración y señorío que siempre ha ostentado la capital de la República.
Quiera Dios que ante la flagrancia de los delitos cometidos no aparezcan las chicanas jurídicas para salvarles la cabeza a quienes no estaban indecisos para cometer sus fechorías sino absolutamente decididos. Que no aumente la desconfianza ciudadana en la justicia porque produce un daño terrible a la población. Hasta la candidata perdidosa en el Beni, la ex miss Bolivia, Jessica Jordan, atribuye su derrota a la pésima imagen que están dejando en el país los caporales masistas.
El Deber – Santa Cruz