Chile teme que Bolivia denuncie Tratado de 1904; Mesa aconseja olvidarse de la negociación con Piñera

Alerta. En diciembre se cumple el plazo dado por la Constitución de Bolivia para denunciar tratados contrarios a ella y en Chile hay preocupación por la posibilidad de que el país denuncie el Tratado de 1904.

“Lo prudente es olvidarse de la negociación bilateral con Piñera”

Carlos D. Mesa Gisbert, ex Presidente de Bolivia

TAJANTE. El Gobierno de Piñera es el más torpe que ha tenido Chile en sus relaciones exteriores, según Mesa.



image Página Siete / La Paz

Carlos D. Mesa Gisbert (der) conversa con Raúl Peñaranda, director de Página Siete.

El diario Página Siete dialogó con Carlos D. Mesa Gisbert, ex presidente de Bolivia, sobre el tema marítimo y su visión sobre la política nacional.

Página Siete.- El presidente Morales mencionó el tema del gas como parte de la negociación marítima con Chile en la última Cumbre de la CELAC, pero usted ha mencionado que debería eliminarse la frase “gas por mar”, ¿esto no es un cambio de lo planteado en su Gobierno o es que la pregunta del referéndum que usted lideró la entendimos mal?

Es evidente, todo Gobierno suele caracterizarse por algo y en mi caso hay dos frases que me han acompañado permanentemente: “gas por mar” y “ni una molécula de gas a Chile”.

La primera no existió, nunca; la segunda sí, la dije en un discurso. Gas por mar se infiere de la pregunta cuatro del referéndum, pero entonces había dos conceptos: primero, Bolivia era una potencia energética sudamericana de gas y Chile no había desarrollado su actual escenario de importación de gas. Por entonces Chile dependía del suministro argentino, que atravesaba problemas ese tiempo.

En ese contexto, se pensó en el uso del gas como arma estratégica y ello suponía una cercanía con Perú. Yo pensaba que si se lograba un acuerdo energético de exportación con Perú, con una planta de transformación de gas en Ilo, se podía romper la lógica chilena que la única forma de exportación transoceánica para Bolivia es por puertos chilenos.

Aquello de “ni una molécula de gas a Chile” deviene de una cláusula en el contrato con Argentina, de compromiso por el que Argentina se comprometía a no vender el gas boliviano a Chile. En el discurso, sostuve que habíamos garantizado que no iría ni una molécula de gas a Chile.

Página Siete.- Es decir que la posibilidad de usar el gas hoy, como planteaba el referéndum, ¿ya no tiene sentido?

Ya no en la lógica de 2004, pero sí como lo ha planteado el presidente Morales. Aunque en esto no en la lógica de tú me das mar y yo te doy gas.

Pero está claro que, una vez resuelto el tema del mar -y así lo planteó el Presidente-, se abre un escenario extraordinario en muchos temas, gas, agua y otros.

Página Siete.- Hoy, nueve años después de aquel referéndum, ¿hay alguna autocrítica de cómo se planteó la pregunta cuatro?

Sí, creo que la inclusión de mi nombre en la pregunta es una autocrítica. Si estás planteando una pregunta para una política de Estado, el nombre sobra. El criterio no, porque la idea de que la energía, el gas, puede ser un elemento estratégico es válida.

Página Siete.- ¿No hay contradicción?, por un lado usted menciona que el uso de la energía como estrategia de negociación sigue siendo válida, pero también que el Presidente hizo bien en decir que una vez resuelto el tema del mar su puede hablar de gas. ¿Es una palanca para negociar o sólo debe tratarse el tema una vez resuelto el problema?

Usar el gas como arma estratégica no quiere decir que voy a negociar con Chile gas por mar. El concepto debe ser que la política energética va a influir en la relación con Chile.

El Presidente hizo bien en plantearlo, pero por el equívoco, el tema lo agarró Piñera para responder como respondió y hasta la prensa boliviana interpretó gas por mar. Creo que se distorsionó la propuesta.

No hay una contradicción en lo que planteo. La estrategia de la energía funcionaba antes de una manera y funciona hoy de otra manera, porque los contextos son distintos.

Página Siete.- Sin embargo, a pesar de la explicación y los matices sobre el uso del gas en la estrategia de negociación marítima, no se puede evitar la sensibilidad chilena de que esto tiene cierto aire de chantaje. ¿Cómo se puede hacer para que no parezca un chantaje?

De una manera muy simple. Si el Presidente, en lugar de utilizar el gas (que no es lo único que tenemos), se habría referido sólo a la solidaridad y la complementariedad, se habría ahorrado mucho de estas discusiones.

Aunque no en la línea, que es conceptualmente impecable, el Gobierno y la Cancillería en particular tienen que ser diplomáticamente más prudentes,

Página Siete.- El canciller chileno, Alfredo Moreno, dijo que la negociación no admite tocar el Tratado de 1904, dice no a la soberanía y sólo habla de mejoras comerciales. ¿Qué puede esperar Bolivia de las negociaciones bilaterales con Chile?

Nada, absolutamente nada. Si tengo alguna crítica a la forma del discurso boliviano, tengo el triple de observaciones a la posición chilena.

Desde las declaraciones de Pinochet después del “no” en las negociaciones de 1987, no hubo ningún presidente que haya vuelto a aquella radicalidad, a esa intolerancia y esa incapacidad de entender lo que son las relaciones diplomáticas.

Si ellos plantean lo que acaba de señalar Moreno, qué vamos a negociar, qué posibilidades hay de negociar la esencia misma del problema, ninguna.

Página Siete.- Pero además Chile cambia muy rápido; en la CELAC Piñera dijo que el Tratado de 1904 es perfectible.

La pregunta es una crítica implícita a la política exterior chilena, lo que me parece importante, pues en general se observa a la diplomacia chilena como admirable y coherente.

Debemos analizar el discurso chileno y veremos que es absolutamente inconsistente, porque un día Piñera dice una cosa y a las horas su canciller dice todo lo contrario.

Página Siete.- Y si no podemos esperar nada, ¿será que el camino de los estrados internacionales será el más aconsejable?

En el actual escenario, lo más prudente es olvidarse de la negociación bilateral en la gestión del presidente Piñera.

En la política de Estado de Chile, mi impresión es que con un nuevo Gobierno, con un sentido de largo aliento y con un mejor dominio de relaciones exteriores, es posible retomar el camino de la negociación bilateral. Creo que éste es el Gobierno más torpe que ha tenido Chile en sus relaciones exteriores.

Bolivia tiene que ir en el largo plazo y entonces es parte de esta política definir si realmente se quiere ir a los estrados judiciales internacionales.

Página Siete.- ¿Cuándo Bolivia debería presentar una demanda internacional?

El análisis debe tomar en cuenta, primero, cuáles son las opciones reales de éxito jurídico. Bolivia tiene que partir de la hipótesis de que tiene posibilidades reales de ganar, tanto política como jurídicamente.

Si hipotéticamente el análisis es positivo, igual creo que debe esperarse el fin del Gobierno del presidente Piñera y ver qué sucede en la primera parte del próximo Gobierno. Creo que tomar decisiones en este momento no es conveniente, aun en la hipótesis de un resultado positivo.

Bolivia debe demostrar que agotó todas las posibilidades de diálogo y reposicionar esta imagen de actitud de diálogo.

Página Siete.- ¿Cómo observa usted el trabajo del Gobierno en la consolidación de una línea en el tema marítimo?

Coincidí con el reposicionamiento del tema marítimo hecho por el presidente Evo Morales el 23 de marzo de 2011, pero creo que pudo matizarse señalando que la demanda marítima debería ser una opción, no una decisión como se presentó.

En la línea de fondo no tengo discrepancias, incluso creo que la opción de tribunales internacionales es legítima.

Si el Gobierno quiere el respaldo de la opinión pública, tiene que buscar una apertura con ex presidentes, ex cancilleres y la oposición. Que los bolivianos perciban que hay una voluntad de debate con sectores que no comparten políticamente.

El Presidente nos invitó a ex presidentes y nos propuso ser miembros del consejo asesor permanente, pero no volvió a convocarnos nunca más.

Página Siete.- ¿Podemos ir por partes en la negociación con Chile, es decir primero un enclave sin soberanía?

Sí, siempre que se tenga claro cuál será el final de la negociación. El enclave tiene una dificultad de fondo irresoluble. Establece una isla de territorio independiente en medio de la geografía chilena. El enclave en Arica no tiene mucha consistencia, contra un enclave en Mejillones donde automáticamente se puede operar.

Página Siete.- ¿Bolivia debe esperar que Chile ofrezca algo, como se ha planteado o debe más bien proponer lo que quiere?

Lo que marco la política de Estado en Bolivia (corredor al norte de Arica) se estructuro en 1950, se ratificó en 1975 y prácticamente en 1987, añadiendo el criterio de los enclaves con más fuerza que en 1975. Este es el punto de partida.

Sobre la reelección de Morales, “soy contrario aunque fuera constitucional”

Sobre la posibilidad de una reelección del presidente Evo Morales, el ex presidente Carlos Mesa dijo que “desde el punto de vista jurídico, no tengo la mayor duda que es ilegal; para decirlo mejor, es inconstitucional. Además, lo es específicamente por una cláusula transitoria de la Constitución Política del Estado que se puso expresamente sobre ese tema”.

Mesa añadió, “no se puede decir que la cláusula es genérica, no. Fue parte de una negociación entre la oposición y el Gobierno para viabilizar la Constitución. Y desde el punto de vista conceptual, soy radicalmente contrario aunque fuera constitucional”.

“Si el presidente Morales quiere demostrarle al país que éste es un proceso de cambio, su primera demostración debiera ser presentar a su sucesor y decir que lo que manda aquí es el cambio y no él”, manifestó Mesa.

Después comentó que trasladar esa idea a la opinión pública no es fácil, porque la percepción de que la situación económica es buena, es evidente. “Lo grave es que esa opinión pública le asigna a Evo Morales méritos que no tiene en esto, salvo los importantes cambios que ha promovido. Con esto, lamentablemente, se desprotege el futuro”, dijo.

Sobre las pretensiones evidentes de Morales, el ex mandatario sostuvo que “se estará preguntando (Morales) el margen de juego que aún tiene la bonanza que vive el país y si estamos en condiciones de enfrentar una crisis en los precios de las materias primas. Creo que no hemos blindado la economía nacional y éste es el punto crítico. Creo que no hemos aprovechado el buen momento internacional. Y los fracasos en el Mutún, en el litio son algunos de los ejemplos”.

Al hablar de la política nacional y consultar al ex presidente si podría considerar un retorno a la política, él dijo, no. “Cada vez me convenzo más de no volver a la política. Es un costo personal y además no tengo estructura política, no tengo un interés o un móvil particular. Creo que la consolidación de mi vida intelectual ahora me consume completamente”, dijo.

Sobre la oposición, Mesa cree que está en un punto muerto y ha llegado a su tope, cuando le quedan menos de dos años para la elección presidencial o menos. “Las candidaturas potenciales no han logrado captar la credibilidad y el entusiasmo entre sus posibles votantes”, dijo.

HOJA DE VIDA

    Personaje Carlos D. Mesa Gisbert (1953), ex presidente de Bolivia. Historiador, político y periodista. Estudió literatura.

    Carrera En 2002 fue elegido Vicepresidente de la República. En 1994 ganó el premio de periodismo Rey de España y en 2012 recibió el Premio Nacional de Periodismo.

    “Si el Gobierno quiere el respaldo de la opinión pública, tiene que buscar una apertura con todos”.

    La estrategia del uso de la energía funcionaba antes de una manera y funciona hoy de otra muy distinta.

    La estrategia del uso de la energía funcionaba antes de una manera y funciona hoy de otra muy distinta.

    El Gobierno y el Ministerio de Relaciones Exteriores tienen que ser diplomáticamente más prudentes.

    Debemos analizar el discurso chileno y veremos que es absolutamente inconsistente y cambiante.

    En Chile temen que a fin de año Bolivia denuncie Tratado de 1904

    La Tercera afirma que este asunto es de “preocupación” en ese país.

    ALERTA. En diciembre se cumple el plazo dado por la Constitución para denunciar tratados contrarios a ella.

    imagePágina Siete / La Paz

    Sebastián Piñera, presidente de Chile. EFE

    En Chile hay preocupación por la posibilidad de que Bolivia denuncie el Tratado de 1904, dando cumplimiento a una disposición de la nueva Constitución Política del Estado, que debe entrar en vigencia en diciembre de este año, según el diario chileno La Tercera. 

    Un artículo transitorio de la nueva Carta Magna del país establece que en el plazo de cuatro años, desde la elección del Ejecutivo (6 de diciembre de 2009), el Gobierno del presidente Evo Morales “denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales” contrarios a la Constitución.

    Ese matutino señala que “el tema provoca preocupación en Chile” y revela que incluso el asunto fue objeto de una “negociación”.

    Citando a “altas fuentes”, La Tercera informa que hasta 2011, el mandatario Sebastián Piñera ofreció a Morales “una concesión portuaria (sin soberanía), en un terreno especial, con facilidades tributarias al norte de Arica”.

    Según ese diario, Chile puso la condición de que “Morales debía dar garantías de que su Constitución no daría pie -en ningún caso- para terminar unilateralmente con el Tratado de 1904”.

    A fines de enero, el presidente Morales difundió ante sus colegas de la región, en el marco de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que Chile incumplió el Tratado de 1904. Mientras que Piñera, como réplica, se refirió a la legitimidad del documento.

    El rotativo La Tercera también señala que las autoridades del vecino país “ven el vaso medio lleno” en torno a una eventual demanda internacional de Bolivia contra Chile.

    “Morales podría ir a la corte para cambiar el statu quo establecido por el Tratado de 1904, pero sin desahuciarlo en los hechos, manteniendo a raya la presión interna por cumplir los plazos de su Constitución”.

    Puertos hacia el Atlántico

    El pasado martes, el presidente Morales anunció que potenciará los puertos bolivianos hacia el océano Atlántico, para la exportación de productos, ante los obstáculos que pone el Gobierno chileno para pasar por su territorio, debido a que los puertos están privatizados en Chile, lo que muestra el incumplimiento del Tratado de 1904, según el Ministerio de Comunicación.

    “Con los problemas que se tienen con Chile hemos decidido tener nuestros propios puertos para exportar nuestro mineral o nuestros productos quinua o soy. No vamos a estar esperando los puertos chilenos”, dijo.

    Punto de vista

    ROXANA FORTEZA

    Internacionalista

    Denunciar un tratado implica que usted diga que no sigue más un tratado, es decir que Bolivia se retiraría de seguir un tratado internacional, lo que es muy relativo. Si bien los acuerdos internacionales no son coercitivos y los organismos internacionales no tienen carácter supranacional, hay toda una dinámica de lo que es la cooperación internacional, y del sistema internacional, y de cómo se percibe a los países como cooperadores o no.Dentro de lo que es esa percepción, hay países con mejor posicionamiento a nivel internacional, en lo que es la negociación, para decir: “bueno yo me retiro o no cumplo”, como ha hecho Colombia. Pero países débiles como Bolivia es muy difícil que tomen esa posición. Qué pasa si Chile dice ok, no más negociaciones con Bolivia, que es muy difícil que lo haga, pero suponiendo de que llegue la situación al máximo. Pero son situaciones que no se podrían dar. Bolivia está compelida a negociar con Chile, no tiene más alternativa. Bolivia, en Latinoamérica y peor a nivel mundial, no tiene aquel poder de negociación y tampoco tiene la gente negociadora. Hasta ahora no ha demostrado la Cancillería ni Diremar aquella capacidad negociadora.