Mi pliego petitorio para el Papa Pancho


Alfredo Leigue

LEIGUE Confirmado, me voy a Roma este fin de mes, con domicilio temporal en Via Nazionale, 46 Italia Roma. Mi viaje es intentar encontrarme con el Papa y hacerle llegar mi pliego petitorio acompañado de una escoba, sí de esas de paja que todavía venden en el Siete Calles.

Luego de intentar participar de las celebraciones de Semana Santa y solicitar audiencia Papal le haré entrega de una hojita y de la escoba con el siguiente contenido.



Su Santidad

Papa Francisco I

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De mi más alta estima,

En primer lugar luego de hacerle llegar mis felicitaciones por sus nuevas funciones como interface entre el cielo y la tierra decirle que su nombramiento llegó justo a tiempo para sacar de la agenda noticiosa a Hugo Chávez a quien Ud. conoce muy bien y que ya estaba saturando hasta el cansancio.

El otro motivo de mis felicitaciones es el haber desplazado a Cristina, Néstor, Gardel, Troilo, Piazolla, Menem y Perón como los argentinos más famosos del mundo al ocupar Ud. las delicadas funciones de hombre más poderoso del mundo.

Llega también Ud. a tiempo para fortalecer la lucha contra los sincretismos religiosos y pachamamescos que están cundiendo en estas partes del globo terráqueo. Ya es hora que un Papa que conozca de cerca nuestros asuntos latinoamericanos que resultaban triviales para otros papas pero que para nosotros son de vital importancia.

No cabe ninguna duda que su pontificado ayudara a reencauzar los valores de la cultura occidental y cristiana por estos lares tan lejanos del Vaticano.

La escoba que le traigo simboliza mi profundo deseo que barra la casa por dentro. Por favor someta a la justicia ordinaria a los pederastas, abusadores de menores y tanto cura malintencionado oculto bajo la sotana. De igual manera le encargo use la escoba contra tanto mafioso infiltrado en el Vaticano.

Me apena mucho que tan solo podrá visitar esporádicamente mi tan querida Buenos Aires. Se perderá sus tangos, la calle Corrientes, los buenos restaurantes, los ojos de bife pero no se pierde nada al dejar de soportar a la Sra. Kirchner quien ha pasado a segundos planos en su protagonismo.

Me despido no sin antes pedirle que se cuide de Bertone y sus amigos, le envío a través suyo mis saludos al Cardenal Terrazas de quien estoy seguro depositó su voto en favor de su Santidad. Le deseo larga vida, cuídese de las comidas y que las pruebe antes su Camarlengo.

Con un saludo latinoamericano y depositando en Ud. todas mis esperanzas, me despido.