Otra vez el pachamamismo


evopacha El gobierno de Evo Morales se ha empeñado en confrontar con la Iglesia Católica a lo largo de sus más de 7 años de gestión, al tiempo que promueve un culto supuestamente originario a la Pachamama, dando lugar a la sospecha de que se busca instituir una nueva religión de Estado.

Ahora, la administración evista arremete también contra las iglesias evangélicas, demostrando que la ofensiva es contra todas las confesiones cristianas, tal vez por considerarlas en su radicalismo una herencia colonial.

Tampoco debe dejarse de lado la hipótesis de que un régimen con aspiraciones totalitarias necesite despejar el campo ideológico de toda competencia, ¿y qué mayor desafío a su cosmovisión que el mensaje ético del cristianismo, diametralmente opuesto al relativismo moral de las “maniobras envolventes” y el maquiavelismo jacobino?



El pachamamismo no deja de mostrar resonancias de otro experimento neopagano, puesto en práctica por los nacionalsocialistas alemanes con el mismo objetivo: subordinar la espiritualidad al Estado y divinizar al caudillo gobernante.

Entre las curiosidades de su “teología” están el sexo de las piedras y la profecía del ascenso de unos “guerreros del arcoiris”, de los cuales Morales y su séquito serían los primeros representantes.

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Cabe subrayar, por otra parte, la voracidad fiscal del Estado Plurinacional, que incluso busca echarle mano a la limosna que los fieles dan a sus iglesias.

¿Se animaría el gobierno, en cambio, a implementar un impuesto a los yatiris?

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