Los ídolos pasajeros, que los seres humanos pretenden que sustituyan a Dios, sólo son portadores de esclavitud y muerte.
El Papa en la celebración de este domingo. (Foto: news.va)
La Paz, 16 jun (ANF).- El Papa Francisco señala que la pretensión de sustituir al Dios de la vida por ídolos pasajeros, como el lucro, el poder y el placer, sólo conduce a la esclavitud y la muerte, creyendo que rechazar a Dios lleva a la plena libertas y realización del ser humano, agrega a tiempo de exhortar a defender siempre la vida.
Deja en claro que “el cristiano es una persona que piensa y actúa en la vida cotidiana según Dios”, por lo tanto, es “una persona que deja que su vida sea animada, alimentada por el Espíritu Santo, para que sea plena, propia de verdaderos hijos”.
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Además, con certeza señala que “quien se deja guiar por el Espíritu Santo es realista, sabe cómo medir y evaluar la realidad, y también es fecundo”, pues “su vida engendra vida a su alrededor”.
Dejando en claro que “el cristiano es un hombre espiritual, y esto no significa que sea una persona que vive «en las nubes», fuera de la realidad”, Francisco insiste en la certeza de que “¡Dios el Viviente es misericordioso!” y pide a “María, Madre de la vida, que nos ayude a recibir y dar testimonio siempre del Evangelio de la Vida”.
LA OTRA CARA
“Cuando el hombre quiere afirmarse a sí mismo, encerrándose en su propio egoísmo y poniéndose en el puesto de Dios, acaba sembrando la muerte”, puntualizó al indicar que con frecuencia el ser humano se deja influir “por ideologías y lógicas que ponen obstáculos a la vida, que no la respetan, porque vienen dictadas por el egoísmo, el propio interés, el lucro, el poder, el placer, y no están dictadas por el amor, por la búsqueda del bien del otro”.
Estas afirmaciones fueron parte de la homilía, de este domingo, en la celebración del Evangelio de la Vida. Francisco planteó tres puntos para la meditación. “En primer lugar, la Biblia nos revela al Dios vivo, al Dios que es Vida y fuente de la vida. En segundo lugar, Jesucristo da vida y el Espíritu Santo nos mantiene en la vida. Tercero, seguir el camino de Dios lleva a la vida, mientras que seguir a los ídolos conduce a la muerte”.
“Miremos a Dios como al Dios de la vida, miremos su ley, el mensaje del Evangelio, como una vida de libertad”, exhortó Francisco al dejar en claro que “el Dios vivo nos hace libres”, alentando a decir “sí al amor y no al egoísmo, digamos sí a la vida y no a la muerte, digamos sí a la libertad y no a la esclavitud de tantos ídolos de nuestro tiempo”. Es decir, “en una palabra, digamos sí a Dios, que es amor, vida y libertad, y nunca defrauda”.
El Papa insistió en que “sólo la fe en el Dios vivo nos salva, en el Dios que en Jesucristo nos ha dado su vida y con el don del Espíritu Santo nos hace vivir como verdaderos hijos de Dios”, agregando que “esta fe nos hace libres y felices”.
Pensar que “el rechazo de Dios, del mensaje de Cristo, del Evangelio de la vida, lleva a la libertad, a la plena realización del hombre”, el Papa dice que es una “constante ilusión de querer construir la ciudad del hombre sin Dios, sin la vida y el amor de Dios: una nueva Torre de Babel”.
UNA GUÍA DE VIDA
Con la certeza de que “el egoísmo conduce a la mentira, con la que trata de engañarse a sí mismo y al prójimo. Pero no se puede engañar a Dios”, Francisco afirma que “la Biblia nos muestra el drama humano en toda su realidad, el bien y el mal, las pasiones, el pecado y sus consecuencias”, refiriéndose al pecado de adulterio cometido por David, quien es perdonado por Dios porque reconoce que ha pecado.
“Jesús es la encarnación del Dios vivo, el que trae la vida, ante tantas obras de muerte, ante el pecado, el egoísmo, el cerrarse en sí mismos. Jesús acoge, ama, levanta, anima, perdona y da nuevamente la fuerza para caminar, devuelve la vida”, agrega el Sumo Pontífice, relacionando la infinita misericordia del Creador.
También, dice, los Diez Mandamientos “son un himno al “sí” a Dios, al Amor, a la Vida”, también es “una vía que Dios nos indica para una vida verdaderamente libre, para una vida plena”, remarca al dejar en claro que “ no son un himno al «no» – no debes hacer esto, no debes hacer esto, no debes hacer esto: ¡no!”, puntualiza. //JTI//