La economía sumergida

Humberto Vacaflor GanamCOWFLOWERLos españoles tienen indicadores económicos que permiten alguna dosis de optimismo: cuatro meses seguidos de una tasa de desempleo en descenso, lo que ellos llaman paro.Quizá sea la llegada del verano, pero el empleo está aumentando, poco a poco, pero aumentando.Eso podría significar que los efectos del ajuste en el sector público y privado han cesado, lo que equivale a decir que la crisis del desempleo ha tocado fondo. O que se ve la luz del final del túnel; aunque dicen que algunos países ni siquiera saben cómo se llega al túnel.Porque, como se sabe, las estadísticas lo permiten todo. Nunca preguntes cómo se hacen las salchichas, si quieres comerlas, ni preguntes cómo se hacen las estadísticas, si quieres creerlas.Se fueron de España miles de inmigrantes, como lo sabemos muy bien los bolivianos, y eso podría haber influido en las estadísticas.En todo esto, hay una sospecha que tendría que preocupar a los españoles. Si hay menos gente que acude a la ayuda del desempleo quizá sea porque son más los que han optado por la “economía sumergida”. Esto lo dijo un analista en Tv española.En Bolivia, esta película la hemos visto. Y no tiene un final feliz.Sabemos que un ajuste estructural a veces es seguido de un crecimiento que oculta el fortalecimiento de la economía sumergida, y no sólo la sumergida, sino de la economía ilegal y delincuencial.Lo que es seguido por la carta de ciudadanía que recibe la economía ilegal, comenzando por los cultivos ilegales de coca, el contrabando, los ladrones de mineral. Sus líderes son reconocidos y tratados como héroes, hasta convertirse en caudillos.Pero ese no es un camino digno. Cuando la economía sumergida resulta más fuerte que la economía visible, legal, la contribuyente, se ha llegado al fondo del pozo.Si los países vecinos tienen que levantar fortalezas en las fronteras, o aceptar el ingreso en sus territorios de todo lo que emana del agujero negro, la “economía sumergida” ha triunfado.Del mismo modo, si el sector legal de la economía es perseguido, si los contribuyentes son maltratados y desalentados, se fortalece la economía sumergida.Peor todavía: si las actividades ilegales son toleradas primero por las personas y luego por las leyes, quizá la economía parezca fuerte, e incluso se pueda hablar de “bonanza”, pero cuidado, españoles, no les vaya a ocurrir lo de Bolivia.