El socialismo del siglo XXI agoniza


NICOLASMADURO La “Madre Patria” del neocomunismo del siglo XXI, Venezuela, es hoy por hoy la mejor demostración de la catástrofe a la que conduce el estatismo populista.

50% de inflación en el 2013 y la duplicación del dólar en el mercado paralelo son sólo algunos síntomas del descalabro económico inducido por el modelo colectivista, iniciado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro.

“Guerra económica” y “sabotaje imperialista” son los comodines utilizados por el chavomadurismo para tratar de justificar la escasez e inflación, procurando desviar las “cóleras errantes de la época” hacia los chivos expiatorios de “la burguesía” y “la derecha”.



Mientras se ensaya ese discurso hacia las tribunas y barricadas, en el seno del oficialismo tiene lugar una batalla silenciosa entre pragmáticos y ortodoxos, esto es, entre quienes propugnan una mínima dosis de realismo, apertura y estabilización, contra los que impulsan una “profundización” o radicalización del modelo socialista, receta entre todas conducente hacia el abismo totalitario.

Fracasado el rescate chino (los sucesores de Deng se cuentan entre los ultra-pragmáticos) el régimen chavista intenta el recurso desesperado del cobro a los gobiernos satélites por los favores antes recibidos, como consignamos en una columna anterior referida al caso de Bolivia. Pero esto no es ni remotamente suficiente.

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Mientras tanto, varios analistas internacionales advierten sobre la nueva jugada de La Habana: negociar con EEUU la transición democrática pos-chavista en Venezuela (que tendría obvias influencias sobre los regímenes de Bolivia, Ecuador y Nicaragua) a cambio del fin del embargo norteamericano a Cuba…

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