La política económica del gobierno de Evo Morales, publicitada en el exterior por el Ministerio de Hacienda como “Evonomics” -en una desafortunada y del todo inexacta comparación con la Reaganomics norteamericana de la época de Ronald Reagan-, hace agua.
De acuerdo a la Fundación Jubileo, la inflación para los pobres llegó en septiembre al 7,04%, mientras que en el caso de los alimentos la suba llegaría al 11,11%.
Esto bastaría para rebasar ampliamente la meta anual del 4,8% fijada por el gobierno, pero la perspectiva es aún más preocupante en la visión del economista Carlos Schlink, quien considera que hasta diciembre la inflación real acumulada -no la maquillada por el INE- alcanzaría nada menos que un 15%.
Entraríamos, por lo tanto, en el peligroso territorio de los dos dígitos inflacionarios, un contexto en el que, como indica la experiencia histórica, es fácil caer en una aceleración de precios cada vez más intensa.
El origen de este proceso inflacionario es la misma Evonomics, política que ha llevado a un repunte de la emisión monetaria, que se multiplicó en una década en… ¡casi 11 veces!, pasando de los 3.000 millones de Bs. en el 2003 a los Bs. 32.391 millones de la actualidad.
Como siempre, la raíz de la inflación está en un gobierno populista que hace uso de la máquina de imprimir dinero para cubrir sus gastos políticos…