Guerra intercocalera

evococaTras un enfrentamiento entre cocaleros de Apolo (norte paceño) y la Fuerza de Trabajo Conjunta (FTC), que arrojó un saldo trágico de un militar muerto y tres policías heridos, dos de ellos por disparos de armas de fuego, el ministro de gobierno Carlos Romero sostuvo que continuará la erradicación de cultivos ilegales en dicha zona.Pero al mismo tiempo, varias voces apuntan a la utilización política por parte del gobierno de la erradicación en esa región, mientras no se aplican medidas similares en el bastión presidencial del Chapare.El asambleísta departamental Víctor León, por ejemplo, señaló que Evo Morales “defiende al Chapare con tantos miles de hectáreas”, alegando que en cambio los cultivos de Apolo “no son coca excedentaria ni tampoco son ilegales, están dentro del área de delimitación”.León dijo que el gobierno está “pisoteando convenios internacionales solamente con el afán de reducir ese grupo que no es afín al MAS, entonces están arremetiendo de esta forma tan grave”.Por su parte, el abogado de los pobladores de Apolo afirmó que esa comunidad está siendo “utilizada como un chivo expiatorio” para mostrar que sí se hace erradicación, cuando los cultivos principales están en otra parte (El Chapare).El verdadero trasfondo de la cuestión parece ser una suerte de guerra intercocalera: de un lado el régimen surgido del mayor territorio de cultivos de coca-para-cocaína, el Trópico de Cochabamba, cada vez más cuestionado dentro y fuera del país por el crecimiento del narcotráfico; y del otro, cocaleros de la Amazonia paceña, sin mayor influencia dentro del entramado gubernamental.¿Se está buscando “llenar el ojo” de la comunidad internacional en el tema de los cultivos excedentarios, aplicando la fuerza a los cocaleros que no forman parte del “núcleo duro” del oficialismo? ¿O simplemente se elimina a la competencia? Así como en otros países hay guerras entre cárteles, ¿en Bolivia se produce algo similar entre clanes cocaleros?Sin duda, la resistencia armada a la FTC en Apolo es totalmente condenable y la justicia debe aplicar las sanciones del caso. Pero sería deseable ver la misma contundencia estatal en la eliminación de cultivos ilegales en la “republiqueta chapareña”, donde, dicho sea de paso, se han logrado ya de tres a cuatro cosechas al año, con el consiguiente aumento de materia prima para el narcotráfico…[email protected]