Camuflado bajo la polémica por la redistribución de escaños entre regiones, el gobierno de Evo Morales pretende hacer pasar dentro de la Ley de reasignación de curules una transformación estratégica de la geografía electoral, que puede ser vital para el oficialismo.
Mientras se debate sobre los escaños que pierden tres departamentos, el Movimiento Al Socialismo está eliminando siete diputaciones uninominales, mismas que pasarán a engrosar la plancha de representantes plurinominales que van “colgados” de la candidatura presidencial.
Debe tenerse en cuenta que, en anteriores elecciones, la mayor debilidad del partido de gobierno se evidenció precisamente en las circunscripciones uninominales, tal vez por la esencia caudillista del MAS, que registra buenos resultados cuando Evo es candidato pero reduce su caudal en ausencia del “Jefazo”.
De ahí que, en el cálculo político del oficialismo, se apueste por los parlamentarios que van en la lista presidencial y no por aquellos que deben ganarse su propio espacio.
De esta manera, se estima que siete departamentos perderán a un diputado uninominal, con la consiguiente reducción de representación territorial.
Una vez más, se ve una actuación del Tribunal Supremo Electoral (TSE) pensada en función de los intereses partidistas del evismo, confirmando su alineamiento político y funcionalidad con el Ejecutivo.
En suma, está en curso un rediseño del mapa electoral del país de acuerdo a la conveniencia del oficialismo. Es decir, que se está elaborando la geografía del fraude…