Las declaraciones de Cumaná


Ismael Schabib Montero*

SCHABIB Los bolivianos cuando niños estudiamos en la escuela la biografía del Mariscal Antonio José de Sucre; una de las primeras cosas que aprendemos es que nació el 3 de febrero de 1795 en la ciudad de Cumaná, Venezuela.

El 16 de abril del 2009 en horas de la noche, en el aeropuerto de esa ciudad, el Sr. Presidente Evo Morales hacía noticia declarando “…que en Bolivia se había producido un exitoso operativo contra un grupo de terroristas en un hotel de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra; un grupo terrorista que había sido contratado por la derecha separatista, que tenía planeado atentar contra su vida y la del Sr. Vice Presidente…” que dicho operativo había sido ordenado por él antes de abordar el avión que lo había llevado a Venezuela.



Los que vimos en la TV al presidente Morales hacer esas declaraciones recordamos que lucía eufórico, daba a entender que había ocurrido un hecho heroico de parte de miembros de la Policía boliviana, que se habían batido contra elementos peligrosos bien entrenados.

Desde entonces ha pasado más de cuatro años y medio, y mientras se ventila el caso en los estrados judiciales de Santa Cruz de la Sierra, lo que se conoce ahora es totalmente diferente a la versión oficial inicial; sabemos que el grupo de terrorista tenía nexos con el gobierno y estaba a su servicio; que fueron asesinados y que no se había producido ningún enfrentamiento heroico con la policía, que fue una ejecución; incluso en las últimas revelaciones uno de los acusados que no fue muerto, asegura haber visto a uno de sus compañeros en un aeropuerto de la ciudad y que su asesinato debió ser fuera de las instalaciones del mencionado hotel. Sabemos que una bomba que se hizo explotar en la puerta del domicilio de Cardenal Terrazas había sido puesta por elementos del gobierno que eran parte de ese grupo; que se contrató gente como testigos falsos para incriminar a inocentes… Los familiares de los europeos muertos dicen que la autopsia de uno de ellos revela que fue ejecutado, que no hubo fuego cruzado.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Dicho de otra manera, lo que sucedió fue terrorismo de Estado con el objetivo de desprestigiar y destruir a la oposición haciéndola aparecer en el país y en el exterior como separatista y racista.

Ahora nadie podría estar en condiciones de asegurar que el Sr. Presidente Morales ordenó un operativo para destruir a un grupo de terroristas, sino, que este hecho fue un asesinato como parte de un plan conspirativo montado por el gobierno.

Podríamos pensar que el Sr. Presidente fue engañado por sus colaboradores; que es incapaz de ordenar una cosa así, pero, resulta que no es un ciudadano común por sus antecedentes; es una persona que hizo carrera política bloqueando carreteras para que se siembre coca ilegal excediendo los límites que pone la ley; coca que la opinión pública nacional sabe que es destinada, casi en su totalidad, para elaborar cocaína. Un presidente que fue un aguerrido líder sindical que dirigió acciones en contra de la erradicación de esta coca maligna, donde casi siempre hubo muertos, heridos y desaparecidos, tanto de sus propios adherentes como de las fuerzas legales. Que en su condición de dirigente cocalero y siendo diputado nacional declaró que “por cada campesino muerto habría un uniformado muerto”. Que mataban y herían en el Chapare a miembros de la Fuerza erradicadora, empleando explosivos “caza bobos” que cada vez eran más sofisticados; esto paró cuando llegó a la presidencia.

Si lo que pasó no fue una operación anti terrorista, entonces fue un asesinato y el presidente Morales no es inocente, al contrario, de acuerdo con sus propias declaraciones en la ciudad de Cumana el hecho se ejecutó por orden suya.

*Vicealmirante de la República de Bolivia