Alejandro Brown I.*
Nuestro singular Presidente nuevamente ha cometido un abuso característico de un régimen totalitario. Ha sugerido el cambio de nombre de todos los pueblos con denominación de Santos de la iglesia Católica, porque le pareció así, y así no más es. Cualquier momento don Evo Morales nos va sorprender queriendo cambiar el Himno Nacional por el Tango Cambalache que es lo que más se concuerda a nuestra nueva realidad de Estado Plurinacional.
Este talante de nuestro Presidente, se repite en todos los ámbitos y se hace cada vez más frecuente, es una señal que estamos frente a un Estado donde en la práctica hay un solo poder, los poderes del estado perecieron ante el poder ejecutivo, transformando a este gobierno en un régimen totalitario.
Es tan indudable esta afirmación, que todas las acciones de este gobierno van dirigidas a perpetuarse en el gobierno, y si no hacemos nada, lo va a lograr. Para ellos no existe su misma constitución para habilitarse para el 2014, están registrando supuestamente 2 millones de bolivianos en el exterior para que voten bajo el control de las embajadas, en el 2011 se detectó más de 400.000 cédulas de identidad duplicadas, los datos del censo ha sido mañosamente alterados para poder acomodar los resultados de la elección a sus necesidades. Toda la máquina del estado está abocada asegurar la reelección de Evo Morales Ayma, porque no pueden darse el lujo de perder el gobierno, porque se les viene un tsunami de juicios que los llevará a la cárcel por el resto de su vida, por lo tanto se avizora un fraude de considerable magnitud para las elecciones del 2014.
Las cartas ya están puesta sobre la mesa, ya sabemos lo que el actual gobierno tratará de hacer, y es ahora nuestra obligación del 78% que no estamos de acuerdo con este gobierno, de asegurar que las próximas elecciones sean transparentes. Debemos cuidar nuestro voto y ser celosos vigilantes de la democracia para asegurar mejores días para nuestros hijos.
¡Morir antes que esclavos vivir! Libertad, libertad, libertad…
*Perseguido político