Santa Cruz tuvo su agenda, la autonomía a su medida quedó en el camino


Frente a la agenda de octubre que se cocinó en el occidente del país, Santa Cruz propuso la suya y las primeras semillas las lanzó en aquellos días de 2003 cuando Gonzalo Sánchez de Lozada se aferraba al poder y la Bolivia convulsionada no terminaba de enterrar a sus muertos que caían en la llamada ‘guerra del gas’.

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Rubén Costas, arropado por varios dirigentes, firma el documento donde se pide refundación. El Deber.



Fue el 1 de octubre, en la plaza principal 24 de Septiembre de Santa Cruz, bajo la sombra al monumento a Ignacio Warnes, que representantes de 25 instituciones cruceñas, a la cabeza de Rubén Costas, entonces presidente del Comité Cívico, que lanzaron un manifiesto para proponer la refundación de una Bolivia verdadera basada en las autonomías, o que cada región tome su propio camino.

“Que no confundan que cuando el león despierta pone las cosas en orden. Que sepan que no nos va a temblar el pulso ni vamos a tacañear una gota de sangre si se trata de defender intereses del pueblo”, dijo con aplomo aquel día el presidente cívico.

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Costas ahora es gobernador de Santa Cruz, el primero elegido por voto popular en la historia de Bolivia. Para conocer su versión sobre los hechos de octubre y la agenda cruceña, EL DEBER le envió, a través de su departamento de comunicación, un cuestionario, pero las disculpas por no poder responderlas llegaron bajo excusa de su apretada agenda. 

Aquel 2003, tras anunciarse la propuesta cruceña, en el país empezaron a darse las repercusiones. El entonces dirigente de los cocaleros, Evo Morales y líder de la oposición política del país, a un comienzo llegó a coincidir con los cívicos sobre el interés de  refundar Bolivia. Incluso dijo que estaba dispuesto a que el tema se debatiera en el Parlamento. Pero en el manifiesto de Santa Cruz también estaban otras demandas, como la erradicación total de coca ilegal y el rechazo frontal a los bloqueos de caminos.

Mientras en La Paz y en El Alto varias de las rutas que conectaban con el país se encontraban bloqueadas, el único foco de tensión en Santa Cruz estaba en el norte con una marcha hacia la ciudad que venía desde Yapacaní, cuyos campesinos y colonos bloquearon días después la ruta con un ataúd con el cuerpo de un hombre que el 12 de octubre cayó a bala en una refriega con los militares.

La agenda y el presente

A 10 años de aquel manifiesto departamental, Fernando Castedo, hoy presidente del Comité pro Santa Cruz y que en 2003 era presidente de la Federación de Profesionales, sostiene que aquella propuesta expresaba el espíritu autonómico que el 2004  se consolidó en la llamada ‘agenda de junio’, que emergió del primer cabildo del siglo XXI, donde el 22 de aquel mes acudieron a los pies del Cristo Redentor un estimado de 100.000 personas.

El resultado de aquel evento fue el planteamiento de llamar a un referéndum por las autonomías departamentales. “Esa agenda de junio no sale de la nada”, dice la historiadora Paula Peña, que recuerda que aquel caminar se inició en octubre de 2003, con el manifiesto que se leyó en el corazón de la ciudad.

Para el exrector de la Uagrm y analista político Reymi Ferreira, el sacudón político no pasó por Santa Cruz y coincide en que la propuesta de refundar Bolivia fue la base de la agenda de junio de 2004, que puede ser considerada como opuesta a la agenda de octubre de 2003, puesto que si esta última planteaba una constituyente y mirar al país desde lo social,  la agenda cruceña hacía énfasis en lo regional y en fortalecer el aparato productivo característico de la zona.

Nelson Jordán Bazán, teólogo, docente universitario, historiador y coautor del libro Ser cruceño en octubre, considera que no hubo una posición unitaria en Santa Cruz sobre los hechos de octubre, que incluso Sánchez de Lozada mandó al ministro de Agricultura, al mirista Guido Áñez, en su avión presidencial, para buscar apoyo de los sectores cruceños para gobernar desde Santa Cruz, propuesta que, recuerda, a un comienzo fue bien acogida pero que después, en el ampliado del Comité, no todos estuvieron de acuerdo.

Jordán pone énfasis en que, mientras en El Alto se pedía que renuncie Goni, ante el ministro Áñez los líderes cruceños se pronunciaron (el 13 de octubre) a favor de un apoyo a la legalidad, a que se respete el orden democrático, la continuidad del Gobierno, mientras en El Alto se pedía que se vaya Goni.

Como una contrapropuesta a la agenda de octubre, Santa Cruz trabajó en una propia, a la que  Jordán califica de bien organizada, en la que se planificó no solo el contenido, sino también se puso énfasis en lo simbólico. “Después se lanzaron las 11 tareas, cuyo número hace referencia al 11% de las regalías hidrocarburíferas”, ejemplifica. 

Gustavo Pedraza, experto en resolución de conflictos, recuerda que aquel 2003, entre marchas de campesinos afines al MAS y a la Unión Juvenil Cruceñista, las posiciones políticas eran radicales y los discursos altamente agresivos y manifiestos como el de la Nación Camba, que llamaba a “evitar la bolivianización de Santa Cruz”, y convocatorias para que Sánchez de Lozada gobierne desde Santa Cruz, mostraban la profunda fractura del oriente con el occidente del país en ese momento histórico.

“Finalmente, el 17 de octubre, día en que cae Goni, se producen enfrentamientos violentos entre uno y otro bando en plena Plaza 24 de Septiembre”, dice Pedraza, que considera que desde aquel momento las élites cruceñas son desplazadas  del espacio político nacional. 

Triunfo y fracaso

Fernando Castedo es optimista. Considera que de los 11 puntos de la agenda de junio (ver tiqueo), se los ha conseguido prácticamente todos. “Lo único que falta es consolidarlas, desarrollarlas, sabíamos que no era fácil. Estamos marchando pero muy lentamente, todo depende de qué ángulo se mire esta realidad”, señala el líder cívico.

El analista Juan Carlos Urenda, y uno de los gestores de la lucha por la autonomía, considera que el manifiesto cruceño sustentado en el establecimiento de un régimen autonómico fue cumplido muy bien en una primera etapa, siendo el primer logro en 2006 el referéndum nacional por las autonomías. “Fue una gesta extraordinaria, probablemente la acción descentralizadora más importante en la historia del país”, dice este intelectual que así como brota pecho por ese acontecimiento, se convierte en un crítico tras lo que vino después.

Considera que lo que marcó un quiebre en este proceso fue la toma de las instituciones del 2008. “A partir de ahí y hasta hoy desapareció casi en absoluto la lucha autonómica. La agenda de junio hay que retomarla, porque en los hechos no hay absolutamente ningún avance”, dice Urenda, que pone algunos ejemplos de este momento oscuro que vive el departamento.

“Antes, el prefecto (hoy gobernador) era el comandante departamental de la Policía; actualmente ya no tiene nada que ver; en materia de impuestos, la ley clasificatoria cerró todas las puertas para emitir tributos propios; y en el tema de salud se hicieron trasferencias de hospitales de manera equivocada, porque no hubo transferencia de ningún centavo”, dice el analista que, bajo esta realidad, considera que hacer una alabanza del proceso autonómico es hacerle el favor al Gobierno, que pretende que la gente crea que hay autonomía cuando no es así.

Jordán considera que no se ha conseguido una autonomía a la medida de lo que buscaba Santa Cruz, y lo que queda demostrado es que el objetivo principal no era aquello, sino la continuidad de la defensa de los propios intereses de las élites, de sus tierras y de sus empresas. “Esto último lo lograron sin la necesidad de posicionar la agenda política, sino a través de pactos con el Gobierno, porque hay un sector moderado de las élites que se acomoda a las nuevas circunstancias, pacíficamente negocia y llega a un acuerdo con el oficialismo. La agenda de junio quedó a un lado”, sentencia el intelectual.

Paula Peña señala que en el tema autonómico ocurrió un retroceso porque existe mayor concentración del poder, el avance está en que no hay vuelta atrás con la elección de gobernadores.

Para Pedraza, puede concluirse que la ‘innecesaria’ radicalización de la élite cruceña que se inició en octubre de 2003 y tocó su punto máximo en agosto de 2008, y la fuerza del nuevo bloque de poder, impidieron el cumplimiento efectivo de la agenda de junio que emerge como reacción a la de octubre.

Ferreira, por su parte, cree que entre una de las pocas cosas que se cumplieron de la propuesta cruceña, está el hecho de que la autonomía esté garantizada en la Constitución Política del Estado, pero que lo que queda claro es que la que se impuso fue la agenda de octubre

LAS 11 TAREAS DE JUNIO 

Reconquistar la libertad

Ante un mar de incertidumbre, necesitamos seguridad en la vida, en el trabajo, seguridad ciudadana y jurídica para producir en paz.

Autogestión

Hay que organizar gobiernos departamentales, autónomos y con amplia participación social. Llegó la hora de elegir de forma directa a nuestras autoridades, de administrar nuestros recursos económicos.

Apoyo solidario

Con autonomías departamentales es posible fortalecer la unidad nacional en toda su diversidad. Hay que ser solidario con las provincias, con los municipios, con las comunidades.

Unidad ciudadana

Se debe producir un nuevo enfoque entre los ciudadanos y el Estado más participativo y que sea más justo e incluyente. Creemos en la Bolivia pluricultural y multiétnica, pero autónoma en su manejo y su administración.

Fomentar el trabajo

Para impulsar la producción y todas las actividades que generen empleos. El trabajo es para los orientales el sentido de nuestra existencia.

Organización

Tenemos que organizar mecanismos para la reducción de la pobreza y alcanzar las metas del milenio. Hay que luchar contra el hambre y por el derecho a la vida.

Naturaleza

Hay que manejar el medioambiente y los recursos naturales en forma sostenible para que sirvan a las necesidades presentes, pero sin comprometer el futuro. El gas debe ser sembrado para cosechar trabajo, salud y educación.

Cultura

Hay que asegurar el derecho a la identidad, la cultura y a la diversidad de los pueblos originarios.

Modernización

La agenda de las autonomías es para diseñar un enfoque grande, no solo en lo nacional, también en lo internacional.

Infraestructura

Con nuestros impuestos construiremos carreteras, sin depender del bloqueo de las rutas y sin la burocracia de los servicios nacionales. En Puerto Busch habrá una salida al mar.

Acción joven

Encomendar las tareas al liderazgo de los muchachos comprometidos con la región.

  El manifiesto de santa cruz del 2003 

Ante el colapso de este sistema perverso, excluyente e insensible que nunca supo interpretarlas aspiraciones del pueblo, al que hoy le decimos basta, ha llegado la hora de los cambios profundos en la República.

Durante las últimas jornadas, Santa Cruz ha dado inobjetables muestras, madurez y civismo, no permitiendo que se dé en nuestra región la convulsión y el caos.

La situación emergente de la crisis política y social obliga a los actores del sistema político, a abrirse a las demandas de la sociedad civil planteando la refundación              de Bolivia a través de          una nueva estructura          política, económica y          administrativa.

De no darse este cambio, dudamos de la permanencia de Santa Cruz en la actual estructura del país.

Solo reconoceremos la legalidad y la legitimidad de un sistema político en la medida en que ejerzamos el derecho que nos asiste a decidir nuestro propio destino en el marco de la irrenunciable autodeterminación a la que tienen derecho todos los pueblos del mundo.

ANÁLISIS 

La elección de prefectos, un aporte rotundo

Carlos Hugo Molina | Analista político

El liderazgo político sufrió un golpe muy fuerte por su compromiso con el Gobierno de Sánchez de Lozada. El liderazgo institucional, cívico y empresarial ocupó el espacio político y producto de la coyuntura del Gobierno de Carlos Mesa, al que calificó de débil, aprovechó para reorganizarse y establecer una agenda que le permitiera superar la propia debilidad en la que se encontraba.

El cálculo de todos era que no creciera Evo Morales y realizaron una apuesta errónea en favor de Tuto Quiroga. En lo departamental, la gestión gubernamental buscó disminuir los niveles de violencia ideológica y efervescencia confrontacional, trabajando sobre la propuesta denominada Santa Cruz 2020, que logró canalizar la energía institucional y social, hacia el diálogo y el desarrollo.

La apuesta de máxima asumida por el Comité Cívico de hacer las cosas con ley o sin ley en un periodo de descontrol generó como consecuencia propuestas que superaban el ámbito departamental y los márgenes constitucionales. Sin duda que la propuesta autonómica como la aprobación de la elección de prefectos, a través de un decreto del presidente Mesa, ya es un aporte rotundo a la democracia. Los demás temas relacionados con la producción, seguridad jurídica y Estado de Derecho siguen siendo parte de la agenda actual. Producto de una lectura política errónea posterior, se produjeron la toma reiterada de instituciones y ciertos grupos cayeron en la tentación de la violencia, inducida desde el Gobierno del presidente Morales. La “defensa de Santa Cruz” generó niveles de confrontación simbólica y real, cuyas consecuencias aún no terminan de aclararse, y que están siendo superados con márgenes de cierta incomodidad, en el marco de acuerdos productivos con el Gobierno.

Fuente: EL DEBER, Santa Cruz