Un Día Grande


Manfredo Kempff Suárez

manfredokempff21_thumb El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón descubrió América en una formidable hazaña y el resultado de ese descubrimiento somos los actuales americanos. En el caso de los bolivianos, nuestro ancestro hispánico está perfectamente determinado por el idioma, la religión y el tipo racial, criollo o mestizo. América se iba a descubrir en algún momento, y si no era España quien la encontraba, serían los ingleses, portugueses u holandeses los que llegaran con sus naves de maderas crujientes hasta las arenas de las Antillas, que Colón fue el primero en pisar.

Nuestro continente estaba destinado a ser descubierto tarde o temprano. Eso es una perogrullada. Si no hubiera sido España nuestra madre, pudieron ser los ingleses u otros, y entonces el idioma que habláramos sería distinto, seguramente que otra nuestra religión, otras nuestras costumbres, pero las naciones originarias de la actual América hubieran tenido que aceptar a los conquistadores, asimilar su cultura, su credo, su sangre, y la convivencia con ellos a las buenas o a las malas, como nos enseña la historia de todas las naciones en todos los tiempos.



La fecha del Descubrimiento no debería ser motivo de protestas ni de lamentos después de transcurridos más de cinco siglos y luego de que se ha creado un linaje americano. Lo que sucedió no puede revertirse en una confusión de ideas que asusta. El 12 de octubre debería ser, como lo fue antaño, una fiesta. Si algunos no desean honrar el Día de la Raza, ni el Día de la Hispanidad, hay formas que nos satisfagan a otros para rememorar uno de los hechos más extraordinarios de la humanidad. Pero de ahí a que se deplore el Descubrimiento y se lo quiera inscribir como una fecha nefasta, no puede menos que hacernos pensar en se trata de una ocurrencia extemporánea y extravagante.

No podía ser otro que el gobierno del MAS y por boca de S.E. quienes dispusieran que el 12 de octubre es una jornada luctuosa. Hace dos años que ya se decretó esa fecha como el Día de la Descolonización. El año pasado se la recibió con rencor y resentimiento. Nada de “encuentro entre dos mundos”, ni de unidad cultural, ni de algo que destacara de alguna manera positiva el acontecimiento. Como si fuéramos una nación de aymaras y quechuas exclusivamente – y no de criollos y mestizos que somos la mayoría – se decidió por el Día de la Descolonización, naturalmente que sin hacer la mínima consulta a una gran parte de la población que guarda cariño y respeto por España.

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Muy mala señal dio S.E. cuando hace tiempo sugirió – siempre en broma y en serio – que la estrofa del himno cruceño que se refiere a “la España grandiosa” fuera eliminada. Fue algo de muy mal gusto, de extrema insolencia, que cayó fatal en Santa Cruz. Como ha sido eso otro, de hace unos días, en sentido de que en las fiestas departamentales S.E. preferiría festejar solo antes que con gobernadores o autoridades que desciendan de los conquistadores. Hubo un evidente error de apreciación en S.E. porque las fiestas departamentales no celebran la fundación de sus capitales, no es un homenaje a los conquistadores, sino lo contrario, es el levantamiento contra la dominación española. Es decir que se rememora la lucha en que criollos, indios y mestizos, todos juntos, se empeñaron para conformar la República, independiente de la corona borbónica.

Nos alegra que S.E. no deje pasar oportunidad sin visitar España, sin encontrarse con el Rey o con las máximas autoridades del Estado. Y nos complace no solamente por este tema de la hispanidad, tan mal llevado actualmente, sino porque España ha sido siempre una nación que ha colaborado con Bolivia. Por lo tanto extraña que desde S.E., pasando por el Vicepresidente, se afirme que se debe descolonizar las estructuras que dejó la República excluyente, herencia de los españoles. Y que se llame a descolonizar la lengua, el cuerpo y el espíritu de los bolivianos. Resulta un exceso digno de mentes estrechas.

El Deber/Página Siete