Una vez más, surgen fuertes indicios sobre la presencia de los más peligrosos cárteles internacionales del narcotráfico en Bolivia, y una vez más también el gobierno de Evo Morales se empeña en negar o minimizar este preocupante fenómeno.Ya anteriormente habían circulado informes sobre las actividades del narco mexicano “Chapo” Guzmán en territorio boliviano, y en reiteradas ocasiones se conoció del accionar de las FARC en El Chapare.Ahora, un operativo policial peruano donde perdió la vida un piloto boliviano confirma la presencia del Cártel de Sinaloa en nuestro país.La respuesta gubernamental, por boca del ministro Carlos Romero, fue tratar de quitarle decibeles al asunto aduciendo que “solo hay emisarios de los cárteles”, sutileza que equivale a tratar de tapar el sol con un dedo. Lo cierto es que, desde la expulsión de la DEA dispuesta por el presidente Morales, Bolivia quedó aislada de las redes de inteligencia antinarcóticos del continente, convirtiéndose en territorio permeable para el desembarco de los cárteles.Quizás precisamente porque reconocer la presencia de estas mafias internacionales equivaldría a admitir el error cometido con la desconexión de Bolivia de la principal agencia antidroga del planeta, es que se insiste en negar lo evidente…[email protected]