El engorde de novillos en confinamiento crece

De 3.000 a 70.000 cabezas en cinco años

La hacienda Piraí del Grupo Anglarill es un referente en la producción de bovinos de engorde en confinamiento



El sistema de engorde intensivo de ganado vacuno en confinamiento -el animal pasa el 100% del tiempo en el corral y recibe su ración alimenticia y agua en gavetas- comienza a cobrar notoriedad en la región. Si bien este método es tradicional en Brasil y Argentina en nuestro país el despegue data de hace cinco años.

Según la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), en este tiempo la reproducción de novillos en confinamiento para cubrir la demanda de carne para el mercado nacional y externo pasó de 3.000 a 70.000 animales. En volumen equivale a 15.000 toneladas métricas de carne (14%) de las 110.000 que se producen por año en la región.

La disminución de tiempo en el engorde del animal en corral es la mayor ventaja del confinamiento. Por la ración nutricional balanceada que recibe el animal la tasa de conversión es más eficiente. En 18 meses (360 a 400 kg) está listo para ir al frigorífico. A campo abierto el tiempo del proceso se duplica.

El espacio para desarrollar la actividad es otro beneficio. Para 1.200 bovinos en confinamiento bastan 30 hectáreas para levantar 12 corrales, cada uno, alberga 100 bovinos. En el sistema tradicional se requieren 300 hectáreas con pasto. Para confinar 500 bovinos en infraestructura, alimento, maquinaría y costos fijos se estima una inversión de $us 200.000.

Por la calidad de carne en el mercado pagan más por el kilo vivo de ganado producido en confinamiento; uno criado a pasto el precio es menor. El ganado para confinar proviene de la Chiquitania y Beni, mientras que los mercados que acaparan la producción son Cochabamba, La Paz y Tarija.

La disponibilidad de sorgo, soya, maíz y girasol para la nutrición bovina alienta la producción, especialmente entre Warnes y Portachuelo (norte), Cotoca y Pozo del Tigre (este) y Basilio y Mora (sur). En estas zonas se concentran los 200 pecuarios que se dedican al engorde intensivo de ganado.

En la ruta a Camiri (sur), a 75 kilómetros, la hacienda Piraí del Grupo Anglarill, hace tres años, incursionó en el engorde de ganado en confinamiento. Hoy, bajo este sistema produce 4.400 bovinos. Al año venden 10.000 animales al interior, 95% en peso vivo.

En esta misma faja del Chaco nacional crece el interés por el cruce industrial de ganado criollo con razas tropicalizada brahma, brangus, senepol, montana y gyr. Si bien los trabajos recién empezaron, los ganaderos creen que el Chaco tiene un potencial enorme para producir terneros machos a destete para confinamiento. En dos años más, entre abril y julio, prevén ofertar al mercado 50.000 terneros.

Otro centro de referencia de engorde bovino es el que tiene Guabirá que, a través de Ración Total, ofrece subproductos derivados de la caña (bagazo hidrolizado y crudo, melaza y levadura) para la dieta bovina. Entrega alimento a 42 socios que engordan 22.000 bovinos por año. Ración Total tiene capacidad para producir 24.000 toneladas de alimento por año.

La genética es fundamental

El sector de criadores de cebú (Asocebu) considera que la genética es fundamental en la producción de ganado comercial dado que confiere características productivas al ternero o novillo para desarrollar mayor volumen de carne en corto tiempo. En el caso de vaquillas predispone la fertilidad precoz.

En el país la oferta cárnica alcanza 220.000 toneladas métricas, el consumo nacional abarca 205.000

Pasto, granos, derivados de caña y núcleo mineral son fuentes alimenticias

A decir de especialistas en nutrición animal la base del alimento para el bovino en confinamiento es el forraje. Se debe disponer de ensilaje de maíz, sorgo o pasturas forrajeras que producen bastante materia verde o rica en fibra como el heno. En caso de no tener estos insumos se puede recurrir a subproductos derivados de la caña de azúcar como el bagazo hidrolizado o crudo. En el periodo de confinamiento -en promedio dura 90 días- el animal debe tener base leguminosa.

Recomiendan al productor pensar en otros insumos como la torta de soya y de girasol fuentes y núcleos minerales proteicos, energéticos y vitamínicos para complementar la ración y la nutrición animal de los bovinos en confinamiento.

Se sugiere un 30% de base leguminosa para cubrir materia seca y 70% debe sustituirse con concentrados para que el engorde sea rentable. El análisis gasto- costo- beneficio es esencial.

La precisión en el cálculo de la ración es vital dado que define la ganancia de peso del animal. La tasa de conversión de alimento debe ser 1,3 kilos de carne por día para que el negocie sea rentable.

Confinadores

“En el chaco la mentalidad del ganadero dio un giro”
Los sistemas de producción de bovinos de engorde en el chaco están cambiando, al igual que la mentalidad del ganadero. Se está invirtiendo en genética y conservación de suplementos para la dieta animal. El chaco proveerá terneros machos al mercado para confinar.
José Luis Vaca – Ganadero del chaco cruceño

“Es una válvula que regula la carga animal en potrero”
El confinamiento se convirtió en una herramienta de producción pecuaria que permite regular la carga de animales en proteros en época cuando un evento natural (sequía o heladas) marchitan los pastos. Permite terminar ganado en menor tiempo y rotar pastura.
Alejandro Díaz – Agropecuaria Hnos. Díaz

“La perspectiva debe ser la exportación de la carne”
Lo trascendental del sistema de engorde bovino en confinamiento es que la carne es de calidad porque en el proceso recibe un control sanitario específico. Otra ventaja es que los animales que se producen bajo este método alcanzan un peso uniforme. La perspectiva debe ser exportar.
Mariano Aguilera – Hacienda Flamboyan

Punto de vista

“Dieta condiciona el éxito y la rentabilidad del negocio”
Eduardo Wills Justiniano – Economista agrícola

El confinamiento de bovinos de carne es un sistema de producción altamente especializado en la ganadería. Los productores que realizan este sistema generalmente lo hacen con su propia producción de animales, para lograr un terminado más rápido, mejor calidad de carne y obtener un mejor precio por animal pagado al productor.

Desarrollar un sistema de confinamiento, implica que el productor debe manejar sus costos e indicadores de producción en detalle, como ser costos fijos y variables, rentabilidad por animal y hectáreas, peso por animal al nacimiento, ganancia de peso por día, entre otros. Con estos datos, se podrá comparar el costo beneficio de desarrollar una mayor inversión en su propiedad, considerando que para lograr un sistema de confinamiento eficiente, las condiciones de infraestructura y equipamiento deben ser adecuadas, además de contar con un nivel de conocimiento en nutrición para poder balancear la dieta animal en función a sus requerimientos de acuerdo a la condición corporal de los mismos, suponiendo que están debidamente desparasitados y con la sanidad controlada.

El éxito o rentabilidad del método de confinamiento, dependerá de qué costos tienen los animales al iniciar el proceso de engorde, la disponibilidad y costos de los insumos requeridos para la dieta animal, como por ejemplo, granos de maíz y sorgo, derivados de la soya como las harinas o cascarilla, harina de girasol, afrechos de arroz y de trigo, sal mineral y otros insumos. Implica la formulación de un especialista en nutrición animal que garantice un nivel de proteína, energía, vitaminas y de suplementos minerales bien balanceados que permita a los animales alcanzar una ganancia de peso por día óptima. La genética debe ser buena para coadyuvar en la ganancia de peso.

Las perspectivas de los confinamientos están dadas, en la medida que el mercado de la carne se desarrolle, con calidad y cortes especializados, tanto para el mercado interno como externo.

Fuente: El Deber.