Cinco exoplanetas reales tan raros que parecen de ciencia ficción


planeta En una de mis webs favoritas, Cracked.com, Andrew Heaton acaba de publicar una lista de cinco exoplanetas sumamente exóticos, o como ellos mismos dicen en su titular "más raros que cualquier cosa que hayas visto en ciencia ficción". ¿Te atreves a conocerlos con nosotros?

Nº5. El planeta que devora luz

Ahí afuera hay algo más negro aún que el carbón, más obscuro que la conciencia de un policía tras ejecutar un embargo, y más tenebroso que el corazón de aquella ex que te abandonó por el pijo del Golf GTI y se rió en tu cara. Se llama TrES-2b y se trata de una mortífera bola gigante literalmente "pegada" a su estrella madre (la órbita a 4.828.000 kilómetros) y tan negra que absorbe hasta el 99% de la luz solar que le alcanza.

Esto hace que este infierno, localizado en la constelación de Draco, alcance temperaturas superficiales equivalentes a una quinta parte la de su propia estrella. ¿Por qué es tan oscuro este planeta? Se desconoce aunque hay varias conjeturas, desde la falta de una atmósfera hasta la ausencia de partículas que absorben la luz como el vapor de sodio o el óxido de titanio gaseoso.



Nº 4. El planeta que viaja a través del ojo de Sauron

En la constelación de Piscis existe una joven estrella llamada Fomalhaut a la que algunos conocen como el ojo de Sauron. En realidad no es un ojo, obviamente, pero los escombros que rodean a la estrella (el pequeño punto amarillo en el medio de la imagen) generan esa ilusión óptica.

Estos restos forman un disco (compuesto por hielo y rocas) alrededor de Fomalhaut tan amplio, que su diámetro duplica al de nuestro propio sistema solar. En algún punto de ese mar de escombros situado a 25 años luz de la Tierra existe un cuerpo celeste del tamaño de Júpiter llamado Fomalhaut b, un planeta "zombie" del que ya os hablamos en este mismo blog. Al navegar por un mar de escombros, el planeta debe recibir un constante bombardeo de rocas y hielo. ¡Cualquier cosa menos un hogar tranquilo!

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Nº3. El planeta que se evapora

Sometido a una lenta tortura, KIC 12557548 b es un planeta que se esfuma ante los ojos de los astrónomos de forma literal, dejando tras de sí una estela de polvo similar a la de un cometa. Este mundo moribundo en fase terminal está tan próximo a su estrella madre que su año apenas dura 16 horas.

Su temperatura superficial es tan alta que las rocas y minerales se evaporan a través de erupciones volcánicas tan potentes que arrojan ceniza al espacio. Tras esto, incluso la ceniza se evapora por la acción de la radiación cósmica, ya que nada puede escapar de este mortífero entorno. Si pudiéramos poner los pies sobre su superficie veríamos que su estrella madre ocuparía la mitad de su sol, todo eso suponiendo que pudieras respirar una atmósfera compuesta en un 90% por roca evaporada. Al margen de sus temperaturas imposibles, deberías de poder sobrevivir a terremotos terribles y a las antes citadas erupciones volcánicas. ¡Mejor elige otro destino para tus vacaciones!

Nº2. El planeta tiroteado por su hermano

Kepler-36 b es un planeta rocoso de un tamaño 1,5 veces superior al de la Tierra. Desde hace eones, lleva siendo maltratado por su "abusón" hermano mayor Kepler-36c, un gigante gaseoso similar a Neptuno con el que se alinea frecuentemente mientras ambos orbitan a su estrella madre en la constelación Cygnus. Cuando esto sucede, y a la manera de las películas de gangsters en los que se tiroteaban desde un coche en marcha, el planeta rocoso recibe – no una lluvia de balas – sino ráfagas de fuerza gravitatoria tan enormes que provocan terremotos masivos y un período de devastación volcánica en toda su superficie.

Lo peor de todo es que el pequeño planeta rocoso no tiene demasiado tiempo para recuperarse, ya que para cuando cesan las erupciones volcánicas a escala global, su hermano "matón" vuelve a posicionarse en las cercanías (sucede cada 97 días). Había oído de castigos crueles como el de Sísifo, pero sufrir una devastación global cada tres meses es demasiado incluso para la imaginación de los dioses del Olimpo.

Nº1. El planeta en el que llueve cristal

HD 189773b es un planeta azul que probablemente te recordará a nuestra Tierra. No tiene anillos, no está rodeado de llamas abrasadoras, no es negro como el azabache… ¿por qué no estamos planeando ya una visita? Bien, me temo que este mundo dista mucho de ser habitable.

Su peculiaridad reside en las grandes cantidades de partículas de silicato que posee en su atmósfera. De hecho son estas partículas las que dispersan la luz que le alcanza, lo que le da su peculiar tono azul. Este color se hace más prominente cuando las temperaturas del planeta (similares a las existentes dentro de un volcán) condensan estas partículas formando cristal, que caen hacia abajo a velocidades de hasta 6.400 Kmh formando tornados de cristal. ¡Sin duda un espectáculo digno de verse, siempre que sea desde un lugar seguro!

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