La presentación del Galaxy S5 dejó entrever algo más que el nuevo buque insignia de Samsung. Por varios motivos, deja un cambio en la estrategia de Samsung.
Del Samsung Galaxy S5 hemos hablado bastante, y lo que queda. Pero ahora no hablaré del Samsung Galaxy S5, sino de lo que supone en casa Samsung. Básicamente, ha virado su estrategia. En mi opinión, hacia una mejor. A Samsung le hemos pedido durante bastante tiempo que pusiera el foco en el rendimiento, en el buen diseño, en la utilidad real para el usuario. Lo ha hecho. Lo resumo en cinco motivos principales. A saber:
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Primero: la presentación fue clara y directa. Tengo la teoría de que quien tiene que recurrir al entretenimiento durante el lanzamiento de un producto es que en el fondo no confía tanto en su producto. El del Galaxy S4 fue justo por ahí: Galaxy S4 Unpacked, el musical. No es anecdótico este viraje hacia una forma más simple, natural y enfocada de comunicar.
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Segundo: las funciones de usar y tirar. Si alguno de ustedes, lectores, tiene un Galaxy S4, me encantaría que comentase diciendo la frecuencia con la que utiliza las funciones de los gestos en el aire, el scroll con la mirada y demás guirnaldas. Nada de eso tuvo protagonismo en lo que ocurrió anoche en Barcelona. Se habló de la pantalla, del ahorro de la batería, de la cámara, de la nueva interfaz… Samsung no innovó en esas funciones de usar y tirar. Y por supuesto eso es buenísimo.
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Tercero: las funciones importantes. La contrapartida de lo del párrafo superior. Al hablar de la cámara del Galaxy S4 hace un año, uno de los protagonistas era la posibilidad de usar la imagen de la cámara frontal superpuesta sobre la foto hecha con la cámara trasera. No big deal. Este año se habló del autofocus más rápido del mundo (lo es, como muestra nuestro vídeo de Instagram aquí debajo) o del vídeo HDR. ¿Soy el único que capta las diferencias?
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Cuarto: aprovechar debilidades. Antes la pantalla era PenTile, Super AMOLED, y no muy bien optimizada. Poco más que rascar. Ahora Samsung mantiene la Super AMOLED y presenta un modo de ahorro de batería que deja la interfaz plana en blanco y negro. Un panel Super AMOLED no es el mejor que podemos encontrar ni mucho menos, pero optimiza el consumo de batería en los negros como nadie. La idea es muy buena.
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Quinto: punto y final al «cuanto más, mejor». 2 GB de RAM, pantalla Full HD, procesador de cuatro núcleos… No tenía sentido seguir subiendo tan rápido y sin fin. Tenía mucho más sentido optimizar el software con el hardware presente.
Fuente: celularis.com