La Organización de Estados Americanos está fracasando ostensiblemente como foro destinado a la protección de la democracia en el continente.
Esto, a pesar de contar con un instrumento jurídico como la Carta Democrática Interamericana, que incluye los mecanismos necesarios para abordar situaciones como la que actualmente atraviesa Venezuela.
El fallo está más bien en la notoria falta de voluntad política evidenciada por su secretario general, José Miguel Insulza, quien al parecer no quiere o no se atreve a molestar a los nuevos autoritarios de la región: los regímenes alineados en la ALBA.
Cabe preguntarse qué deudas o compromisos tiene Insulza con dichos gobiernos, muy en particular con el chavista, para incurrir en tal negligencia.
Otro vergonzoso capítulo de esta historia tuvo lugar hoy en la Asamblea de la OEA, donde la diputada opositora de Venezuela, María Corina Machado, fue privada de la palabra, a pesar de estar acreditada como embajadora alterna de Panamá.
Mientras tanto, ya suman casi 1.500 los detenidos por el régimen de Maduro desde que comenzaron las protestas estudiantiles; la cifra de muertos asciende a 34 y la de torturados a 59, según datos del Foro Penal venezolano…