El abogado Otto Ritter afirma que, en un reciente encuentro en Brasil, Marcelo Soza le habría revelado que su salida del país fue propiciada por el mismo gobierno de Evo Morales, dado que su situación “era insostenible” y a dicha administración “no le iba a quedar más que detenerlo”.
De acuerdo a esta versión, personeros gubernamentales habrían acompañado a Soza hasta Perú, desde donde el ex fiscal debía continuar camino hacia Venezuela.
“Parece ser que se le iluminó el cerebro y decidió irse más bien al Brasil”, añade Ritter.
Teniendo en cuenta los antecedentes del régimen, que acostumbra sacar del país hacia algún exilio dorado a sus operadores de represión o a los acusados de irregularidades, la posibilidad de una “fuga con permiso” cobra verosimilitud.
Lo que habría desatado la furia del presidente y las principales figuras de su entorno es el hecho de que Soza cambiara su destino final y, lo que es peor, que enviara una carta pública desde su lugar de refugio revelando los oscuros tejemanejes implementados en el caso Rozsa “por órdenes superiores”.
De confirmarse lo expresado por Ritter, el Ejecutivo habría incurrido en el delito de obstrucción de la justicia, una “raya más al tigre” para un régimen que hace gala de “meterle nomás” sin importar la legalidad, pero que ciertamente irá a sumarse al debe en la cuenta que, tarde o temprano, sus más altos funcionarios tendrán que pagar ante instancias judiciales nacionales o internacionales…