Estaba considerado como uno de los mejores de su generación
El actor argentino Alfredo Alcón en una imagen de 2008. / GORKA LEJARCEGI
El actor argentino Alfredo Alcón ha fallecido hoy, a los 84 años, en su casa de Buenos Aires tras una complicación respiratoria, según informan varios medios del país, que citan a fuentes cercanas al intérprete. El actor había permanecido hospitalizado entre diciembre y febrero, cuando fue operado quirúrgicamente debido a una infección intestinal, y se encontraba recuperándose en su casa.
Nacido el 3 de marzo de 1930 en Ciudadela, provincia de Buenos Aires, Alcón estaba considerado como uno de los mejores actores del panorama argentino. A lo largo de su carrera, destacó por sus interpretaciones en teatro, cine y televisión y también como director de escena.
De entre los más de 40 largometrajes en los que participó, El amor nunca muere, dirigido por Luis César Amadori, fue uno de los primeros, en 1955, y de los más conocidos. También protagonizó Nazareno Cruz y el lobo, de Leonardo Favio, una de las películas más taquilleras de la historia del cine argentino.
Junto con el director Leopoldo Torre Nilsson, Alcón realizó varias películas que le catapultaron a la fama: Un guapo del 900, Martín Fierro, El santo de la espada, Güemes, la tierra en armas, La mafia, Los siete locos –Oso de Plata en la Berlinale de 1973-, Boquitas pintadas y El pibe Cabeza.
«Yo no oigo cuando me dicen maestro. Contesto, ‘sí, maestro’, y me río. El que se cree un maestro es un pelotudo. El que encuentra rápido es porque busca poco: cuando empiezo a trabajar, estoy tan inseguro, que me sobran los brazos», decía sobre su trabajo, según recoge el diario argentino La Nación.
En una entrevista con este periódico en 2008, aseguraba que el tiempo “estropea a un actor”. “La experiencia sirve para muy poco. Vales lo que haces ahora. Y en teatro más, qué sabes tú cómo te va a salir la función de hoy, aunque la de ayer haya sido espectacular”, añadió.
Fuente: elpais.com